A finales de septiembre, el Gobierno de Canarias permitía al ocio nocturno cerrar a las 04:00 horas en las islas que se encontrasen en nivel uno y dos de alerta. Hasta ese momento, solo podían acceder a los locales hasta esa hora las personas que presentasen certificado covid.
Tras esta medida, el ocio nocturno parece estar despegando tras meses de parón. El Cuadrilátero, zona universitaria y de fiesta por excelencia en el municipio de La Laguna, volvió a llenarse de ambiente durante estos dos últimos fines de semana. El inicio de las clases y las nuevas medidas han hecho que cientos de ciudadanos, en su mayoría jóvenes, acudan a este lugar para reunirse y pasar una noche de fiesta como era habitual en la zona.
Varios jóvenes que han salido al núcleo de El Cuadrilatero durante los últimos días comentan a AtlánticoHoy que dentro de los bares el aforo y las medidas se suelen respetar y cumplir, pero que el problema surge con el descontrol que hay en la calle. ‘’Hay muchísima gente joven, y seguramente sean estudiantes de primer año que quieren recuperar el tiempo perdido. Muchos no entran a los bares, sino que se quedan haciendo botellón por fuera y en total se llegan a reunir cientos de personas’’, comenta un joven.
Los bares se recuperan
Los locales de la zona han tenido que adaptarse a la situación de pandemia y a las medidas covid para poder abrir y trabajar dentro de la normalidad posible. La afluencia de personas en la zona del cuadrilátero estos dos últimos fines de semana ha hecho que la economía de la mayoría de los bares vaya mejorando poco a poco. Esperan que puedan recuperar las pérdidas de estos meses y alegan que el ocio nocturno es seguro. Desde locales como Karma, un bar de copas lagunero, señalan que notaron un aumento en las consumiciones y en la afluencia de gente durante estas dos últimas semanas.
Intervenciones policiales
Desde el Ayuntamiento de La Laguna señalan que la policía tuvo que intervenir varias veces en tareas para desalojar la zona. A su vez, comentan que se produjeron cinco detenciones a personas por arrojar botellas de cristal a los cuerpos de seguridad a la hora del intento de desalojo.