Este lunes, el Cabildo de Tenerife confirmaba el acuerdo para una partida de 2 millones de euros anuales (por especificar el precio final) para la construcción de un centro sociosanitario en el Cuartel del Cristo, una actuación prevista dentro del convenio suscrito con el Ministerio de Defensa en lo que será la adquisición de suelo para poner en marcha esta infraestructura sociosanitaria.
Una compra pública que requería del reconocimiento de qué se iba a hacer en los terrenos adquiridos para poder aprobar dicha partida económica.
Pues bien, la luz verde al centro sociosanitario ha desbloqueado una operación en la que el Cabildo de Tenerife llevaba mucho tiempo detrás y que, de la mano, debería aliviar dos problemas sustanciales con los que convive el Ayuntamiento de La Laguna desde hace dos años: el tráfico por el cierre del Camino Cañaveral y el velatorio de La Esclavitud del Cristo, pues el centro sociosanitario solo ocuparía un espacio de toda la parcela de futura adquisición.
Camino El Cañaveral
Fue a finales de 2022 cuando Atlántico Hoy recogía las quejas de los vecinos de este calle, flujo de ingente tráfico por ser un acceso de la Vía de Ronda, además de a los barrios de la zona, que reclamaban el cierre de la vía por el bien de su seguridad personal, ya que no existen aceras, recordando que el alcalde, Luis Yeray Gutiérrez se había reunido con anterioridad con ellos, pero sin dar pasos en firme.
En enero de 2023, el Consistorio cerró la vía al tráfico, salvo el acceso a las viviendas, generando indirectamente un caos circulatorio que ha tenido un recorrido polémico en el entorno. Manifestaciones, quejas vecinales, modificaciones de carriles, propuestas de alternativas estudiadas, aceptadas y, posteriormente, denegadas ante el clamor del sector deportivo del Camino Las Peras.
Broncas vecinales
Un contexto que había generado un caldo de cultivo de protestas vecinales del entorno y que el propio portavoz del PSOE, Badel Albelo, puso punto final reconociendo a Atlántico Hoy que todo se iba a quedar como está a la espera de que se pudiera retrancar el Camino Cañaveral ante las negociaciones que el Cabildo mantenía con el Ministerio de Defensa para adquirir los terrenos militares.
Ese momento se ha visto desbloqueado con el anuncio de la Corporación insular del lunes y, aunque aún queda mucho tiempo para poder actuar en el camino El Cañaveral por los tiempos que lleva la administración pública en estos menesteres (adquisición de los terrenos militares, cesión al ayuntamiento, redacción, licitación del proyecto…), parece que la solución definitiva a todos los problemas de tráfico o seguridad vecinal ya tiene su guía… aunque a largo plazo.
El velatorio
El otro aspecto por desatascar es el del velatorio que construyó en los últimos años La Esclavitud de Cristo, cuya sede religiosa se encuentra en la plaza del Cristo.
Una construcción que de por sí empezó con polémica ya que fue aprobada por Coalición Canaria justo antes de las elecciones de 2019, en las que ‘perdieron’ la ciudad en favor del pacto que alzó a la alcaldía al socialista Luis Yeray Gutiérrez- que vive ahora su segunda legislatura... de la mano de CC.
Salida rodada ilegal
Paradojas al margen, la gran polémica se registró en que el nuevo velatorio solo tenía salida rodada por la propia plaza, un espacio público por el que nunca se pidió autorización y por el nunca se dará, según ha reiterado numerosas veces el propio ayuntamiento. Ya desde su inauguración vecinos se manifestaron a las puertas de la instalación, criticando el inicio de funcionamiento y que encima se había hecho en secreto a sabiendas de la falta de permiso para los vehículos.
A pesar de ello, se ha probado gráficamente que el tanatorio ha registrado distintos servicios en contra de la legalidad, lo que le ha llevado avisos y multas, hasta que el propio ayuntamiento instaló maceteros para imposibilitar el paso de los vehículos fúnebres.
Ahora -realmente en el futuro- otro de los objetivos del Consistorio sería que el cabildo también les ceda los terrenos adyacentes al futuro centro sociosanitario para poder construir una salida y entrada reglamentaria al velatorio por la zona trasera, soliviantando las quejas generalizadas contra el servicio.