La crisis económica pasa factura

Luis Padilla nos recuerda este jueves, como el Tenerife tuvo que tirar de la cantera, en el año 1956, ante la crisis económica que sufría la entidad

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Contra la crisis, cantera. El Tenerife (casi) siempre se ha seguido esa máxima y la temporada 55-56 no fue una excepción. El ejercicio anterior quedó marcado por la irrupción de Juan Padrón con 18 años y en éste explotó Tosco, central de Icod que se consolidó como titular. Además, el verano había traído la renovación de Chicho tras su partido homenaje, con 35 años cumplidos, tras comprobar que había jugado completos todos los partidos del curso. A cambio, al 'peinar' el mercado, al Tenerife le penalizó el escaso acierto de los directivos... y el poco dinero disponible. Y eso que apuntó alto en un curso marcado por el adiós del presidente Pisaca, harto de la escasa implicación de las instituciones.

Así, el Tenerife contrató al defensa Ibáñez y al delantero Marroig, que jugaron poco en su única campaña en la Isla pese a llegar de un 'grande' como el Valencia. Mientras, el portero García, forjado en la cantera del Real Madrid, no le quitó el puesto a Cuco, aunque con el tiempo completó una carrera notable en el Murcia y el Elche, en Primera División. Y tampoco tuvo continuidad el delantero Carrasco, que venía de ascender a la élite con el Murcia y no marcó un gol como blanquiazul. Eso sí, con el curso ya iniciado llegó Pantaleón, que había jugado con Las Palmas y Atlético Madrid en Primera División y tuvo más protagonismo. Pese a todo, el Tenerife firmó una aceptable campaña.  

Su solidez en el Heliodoro –donde sólo cayó en la jornada inaugural ante el Mestalla (1-2)– compensó la escasa aportación del equipo en los desplazamientos, donde sólo sumó una victoria. Por el camino, en su último ejercicio como entrenador blanquiazul, Muñiz definió un once formado por: Cuco; Chicho, Tosco, Perla; Pantaleón, Villar; Tomás, Julito, Antonio, Padrón y Manolín. O sea, diez canarios y el 'adoptado' Julito. Además tuvo minutos el veterano Óscar y se abrieron paso canteranos como el portero Benigno (Güímar) o los jóvenes Paco Hernández y Foncho. Este último, formado en el San Juan, el Arenas y el Canarias, debutó con el Tenerife con 16 años, pero no tuvo continuidad y emigró muy joven. 

La historia recuerda que Foncho se consolidó en Segunda División con las camisetas de Eldense y Murcia para fichar con 21 años por el Barcelona, donde disputó más de 150 partidos y alcanzó la internacionalidad absoluta. Nadie se imaginaba eso en un curso 55-56 que también dejó para el recuerdo la goleada (8-3) sufrida en Jaén, los 29 goles que se repartieron Antonio (16) y Julito (13), la disputa de un partido en el Heliodoro con luz artificial –provisional– y la derrota (1-0) ante el España de Tánger ¡con el portero Cuco de extremo zurdo! En un tiempo donde sólo estaba permitida la sustitución del guardameta y viajaban únicamente doce jugadores, Padrón lo hizo sin la imprescindible ficha federativa y... 

Necesitado de dinero, ya en aquel verano de 1956 el Tenerife le 'prestó' a Las Palmas a Tomás y Villar para disputar con los amarillos la Copa del Generalísimo –celebrada al acabar la Liga– y recibió en el Heliodoro a Portuguesa de Río de Janeiro, Olympique de Marsella o Marítimo de Funchal, que dejaron algo de liquidez en las arcas. Mientras, el nuevo presidente, José Badía, recibió una buena noticia: Atlético Tetuán y España de Tánger abandonaban la competición al proclamarse la independencia de Marruecos, lo que suponía el ahorro de dos desplazamientos especialmente costosos. Y otra mala: la Federación Española ampliaba la categoría a veinte equipos, lo que obligaba a realizar otros cuatro viajes. 

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Alineación del Tenerife 55-56 en el Heliodoro con Cuco, Julito, Isal, Perla, Óscar, Villar (de pie); Tomás, Chicho, Munné, Padrón y Manolín

En esa tesitura, otra medida anti-crisis fue contratar a Diego Lozano como entrenador. Gloria del Atlético Madrid, internacional absoluto con España y número uno de su promoción en la Escuela Nacional de Entrenadores, estaba en un excelente estado de forma. Y no sólo ejerció como técnico, sino también como lateral izquierdo titular. Y es que, contra la crisis económica, valía todo.