Fuentes españolas han informado de que Juncker ha expuesto esa primera valoración sobre el texto presupuestario en la reunión que ambos han mantenido en la capital belga poco antes del inicio de la reunión del Consejo Europeo.
Las fuentes citadas han señalado que el presidente de la Comisión ha puesto en valor el presupuesto español frente al presentado por otros países como Italia.
Sánchez se ha convertido en un plagio de Zapatero. No es la primera vez que el PSOE presenta unos Presupuestos manipulando gastos e ingresos, subiendo impuestos y el déficit; en definitiva, arruinando a España. pic.twitter.com/nN36CmkVNw
— Pablo Casado Blanco (@pablocasado_) 17 de octubre de 2018
El Gobierno defiende los Presupuestos, que llegarán en diciembre
El Gobierno ha defendido unos Presupuestos para 2019 que son legales, prudentes y realistas, y que prevé presentar en el Congreso de los Diputados después del 6 de diciembre, Día de la Constitución.
Las ministras de Hacienda, María Jesús Montero, y de Economía y Empresa, Nadia Calviño, han reiterado que el borrador presupuestario enviado a Bruselas irá con la senda de déficit del 1,8 % del producto interior bruto (PIB) para 2019, que permitirá reducir el ratio de deuda pública sobre el PIB hasta el 95,5 % el próximo año, un desequilibrio que no ha sido frenado por el anterior Gobierno del PP.
De esta forma lo ha señalado Calviño en el Senado, al explicar que "la deuda sube como una bala de cañón y baja como una pluma", y tras criticar que "en los últimos años se ha hecho muy poco progreso para aprovechar el buen ritmo de crecimiento para acometer ajustes estructurales de nuestro déficit y nuestra deuda pública".
Incluso ha considerado que se implementaron algunas medidas que "han ido en sentido contrario".
Ha advertido de que el Gobierno tiene la "potestad exclusiva" para presentar unos Presupuestos y que "no puede haber ningún elemento que impida que esa capacidad se interfiera".
Ha defendido que el Gobierno cumple con la legislación, tanto por haber informado de un techo de gasto al Parlamento (que ha recordado que no se vota) como por haber sometido a votación unos nuevos objetivos, que finalmente fueron rechazados.