El Grupo Popular en el Cabildo de Gran Canaria solicitará al gobierno insular el diseño y ejecución de un proyecto de rehabilitación y acondicionamiento del viejo túnel de Tenoya, en Las Palmas de Gran Canaria, para darle un uso público de tipo cultural mediante un proceso participativo que tenga en cuenta las propuestas que desde hace años vienen planteando los vecinos del distrito Tamaraceite-Tenoya-San Lorenzo.
"Cerrado al tráfico de manera definitiva hace más de una década, tras ser sustituido por un nuevo túnel de dos carriles que discurre de manera paralela al antiguo, este paso subterráneo se ha convertido en una seña de identidad que los vecinos pretenden recuperar como espacio ciudadano destinado a albergar exposiciones, conferencias y otras actividades divulgativas sobre el legado histórico de esta parte de la Isla", expone el partido en un comunicado.
Espacio cultural
En línea con la propuesta planteada por los colectivos vecinales del pueblo de Tenoya, el portavoz del PP, Miguel Jorge, llevará al Pleno una moción que, entre otras acciones, "contempla la limpieza de los muros y la bóveda –que se encuentran cubiertos de hollín-, la demolición del pasaje lateral, la retirada de la barrera bionda y demás elementos de señalización para vehículos, el acondicionamiento del pavimento para uso peatonal, la mejora de la iluminación, la creación de zonas de descanso y el ajardinamiento de la parte exterior del túnel".
Los vecinos del pueblo de Tenoya ya han trasladado su propuesta tanto al Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria como al Cabildo de Gran Canaria, sin que hasta la fecha ninguna de las dos administraciones se haya comprometido en firme a hacer realidad este proyecto comunitario.
El túnel
El túnel de Tenoya —conocido en sus orígenes como túnel de Machicao— es un proyecto del ingeniero Juan León y Castillo inaugurado en 1866. Su puesta en uso supuso un gran hito en la época al posibilitar que los carruajes tirados por animales llegaran por primera vez hasta Arucas por la carretera que unía Las Palmas de Gran Canaria y Santa María de Guía, atravesando las fértiles vegas agrícolas de la zona norte de la Isla.
Con 120 metros de longitud y un gálibo de 12 metros de alto, las obras del túnel, por donde transitaban hasta su clausura definitiva casi 8.000 vehículos diarios, se adjudicaron por 1.679.000 reales de vellón al contratista Antonio Matos y Moreno, quien también fue el encargado de construir el puente de Tenoya o la ampliación del puerto de La Luz, entre otros proyectos significativos de la época.