En ese punto donde se encuentran los municipios de Las Palmas de Gran Canaria, Telde y Santa Brígida, a pocos minutos del centro de la capital, existe un entorno natural privilegiado que nos cuenta historias sobre el origen volcánico de Canarias que podremos descubrir transitando por uno de los senderos más impactantes de la isla.
A lo largo de los barrancos de Las Goteras y Guiniguada, este trayecto por la Caldera de Bandama (así bautizada por un comerciante flamenco de apellido Van Damme) se extiende en dirección a la costa, en un enclave natural milenario custodiado por el antiguo volcán Pico de Bandama. La caldera tiene unas dimensiones de 216 metros de profundidad, 574 metros de altura y mil metros de diámetro.
Patrimonio natural e histórico
Tanto en el Monumento Natural de Bandama como en el Espacio Protegido de Tafira en el que se enmarnca destacan a nivel botánico las poblaciones de lenstiscales y acebuchales entremezcladas con palmeras o tajinaste blancos y elementos de bosque termófilo en un variado paisaje verde donde también habitan cernícalos o capirotes. Todo ello motivó la inclusión de este este enclave en la Red Natura 2000 y la Zona Especial de Conservación.
Además de su valor geológico también alberga el yacimiento arqueológico Cueva de los Canarios, que fue utilizado por antiguos pobladores como silo para guardar cosechas y alimentos. En el entorno, asimismo, se han encontrado grabados rupestres en varias líneas verticales de inscripciones alfabéticas, asimilables al líbico bereber.
Dos senderos
Llegar a la Caldera de Bandama desde el centro de Las Palmas de Gran Canaria puede tomar unos 20 minutos en coche por la GC-802 desde la rotonda de Monte Lentiscal. En cuanto a los senderos, la opción más sencilla bordea la caldera desde su punto alto y comprende unos 3 kilómetros de recorrido.
Para los más preparados existe la alternativa de tomar un segundo sendero y adentrarse en el interior de la caldera. En este caso se afronta un recorrido más escarpado con una longuitud total de unos 6,3 kilómetros, por lo que terminarlo puede llevar aproximadamente unas cuatro horas pero nos permite admirar, desde el estanque de El Culatón, las majestuosas paredes verticales de este paraje singular paisaje volcánico.