Una tarde cualquiera en Lomo Los Frailes (Telde) llena al barrio de adolescentes que peregrinan, en su mayoría, de Las Huesas. Unos jóvenes cuyo objetivo es jugar unas pachangas en la cancha deportiva que suponen un riesgo cuando el balón sale disparado tras las líneas de fondo y de banda. La instalación municipal está rodeada por unas planchas que se encuentran estropeadas y la asociación de vecinos Harimaguada denuncia que son peligrosas, una demanda que tienen en la zona desde hace varios años.
Luisa Dávila, presidenta de la Asociación, cuenta a Atlántico Hoy que esas láminas tienen un filo y “te pueden cortar una mano”. “Nuestra idea es que nos quiten todas las planchas y lo dejen con vallas metálicas como está la parte baja”, afirma. “Ahora faltan algunas, que se las llevaron hace seis o siete meses y nunca más volvieron a reponerlas. Ahora, ni planchas ni vallas”, apostilla.
Los balonazos
Basta con echar un vistazo para observar que las planchas que se encuentran en peor estado son las más cercanas a las porterías. Dávila manifiesta que en alguna ocasiones ha llamado al Ayuntamiento de Telde y la solución que aportaba al respecto era cambiar las que estaban en mal estado por unas nuevas. “Pero después volvemos a lo mismo, porque [los adolescentes] las destrozaban con pelotazos”, dice con resignación.
La presidenta de la asociación de vecinos relata que el problema con las planchas estropeadas es que los niños, para ir a buscar la pelota, “en vez de dar la vuelta intentan salir a través de ellas”. “Intentamos decírselo, pero no hacen caso”, exclama. Además, hace un tiempo tuvieron que quitar las canastas de baloncesto porque en el año 2015 “un niño se colgó de ella y la canasta cayó encima del hermano menor”.
Versión del Ayuntamiento
Diego Ojeda, concejal de Actividad Física y Deportes de la corporación municipal, asegura en declaraciones a este medio que la cancha de Lomo Los Frailes "está en la agenda de prioridades". "Espero que podamos actuar pronto", indica. "Es verdad que el día que alguien pensó en poner esas planchas no tuvo en cuenta algunas cosas y de ahí esas dificultades. Actuamos allí reparando alguna en su día y también mejorando el firme con los recursos propios", apostilla el edil.
Reconoce que para estas cuestiones "hay que contratar a empresas especializadas". Explica que tienen una mesa de seguimiento con la empresa Fomentas para ver todas las instalaciones deportivas y determinar cuáles son más urgentes de reparar. "Las prioridades son la peligrosidad y el uso deportivo que se hace de esa instalación. En los peligros solemos actuar bastante rápido", aclara.
Los padres
Dávila sostiene que en el barrio han intentado mantener la cancha lo mejor posible, pero no se ha conseguido. “En el Ayuntamiento, si tú no vas y les dices, no se molestan en venir a ver cómo está”, indica. Aclara que cuando se pone en contacto con el Consistorio, sí le responden. “Pero me dicen que lo tendrán en cuenta y luego no hacen nada”, añade.
“Otros padres de niños que vienen de Las Huesas a jugar aquí se han puesto en contacto conmigo. Algunos de ellos han hecho escritos personalmente, los han presentado y se ha hecho caso omiso. A mí nadie me ha llamado del Ayuntamiento para decirme que viene a arreglar la cancha”, sentencia.
"Un deporte de riesgo"
Dávila recuerda también que hace unos años se pintó las barras de hierro y el suelo de la cancha con pintura que compró ella de su bolsillo. “El Ayuntamiento solo puso la mano de obra”, dice. Cuenta que otro de los problemas que tiene la zona es el de la limpieza, puesto que los servicios del Consistorio “vienen una vez al mes”.
En la parte trasera de la cancha hay una pequeña zona de tierra repleta de residuos que vierte la gente. “Esto es un barrio de paso y todo el mundo deposita sus enseres y porquerías aquí”, afirma. “Luego el balón salta por ahí, los niños van a buscarlo, no miran y se pueden hacer daño. Jugar en esta cancha lo considero un deporte de riesgo”, agrega.
"El punto limpio es gratuito"
La presidenta de la asociación de vecinos dice que todo lo que ven lo denuncian. “Sacamos fotos, se las mandamos a la Policía Medioambiental y ellos que actúen”, expone. “Lo que no entiendo es la irresponsabilidad de la gente, cuando el punto limpio es gratuito”, añade.
“Una vez al año hacen una limpieza de choque y se llevan todo lo que está por fuera. Pero normalmente no se recoge esa basura. Para los electrodomésticos y muebles pasan una vez a la semana. El resto de escombros se quedan ahí. No solo le echo la culpa al Ayuntamiento, sino a la gente que tira la basura”, atestigua.