En lo que llevamos de año, Las Palmas de Gran Canaria ha visto en dos ocasiones cómo se desprendía la rama de un árbol de considerables dimensiones en la Plaza Hurtado de Mendoza (plaza de Las Ranas). La primera se cayó en enero y acabó destrozando un banco. La segunda se rompió el pasado sábado, sin daños materiales ni personales. Dos expertos consultados por este medio apuntan a la necesidad de elaborar un plan de tratamiento que evite este tipo de episodios.
Eugenio Reyes, portavoz de la Mesa del Arbolado Urbano, se muestra crítico con lo que él considera una falta de prevención que existe en la ciudad grancanaria respecto al cuidado de los árboles y se pregunta cuándo fue la última inspección de calidad del árbol accidentado. Reyes resalta que "los técnicos piden que se elabore un plan de arbolado urbano, dado que el no cumplimiento es sancionable por la ley”. “El arbolado urbano no está dentro de un plan, existe vacío, desorden y desorganización”, afirma.
Preguntado por el incidente de la plaza de Las Ranas, el ayuntamiento capitalino indica que está elaborando el informe pertinente y que ha enviado muestras al laboratorio para proceder a su análisis. Sobre la caída del pasado mes de enero no ha querido hacer declaraciones.
Falta de planificación
Otro problema que pone sobre la mesa Reyes es que el riego es malo y escaso. “Se trata de una muestra más de carencias en la planificación, como el hecho de que no exista una ficha técnica del árbol”, dice, y añade que eso impide que se conozca la fecha de plantación o si padece alguna enfermedad provocada por las plagas”. En definitiva, existe "una carencia de planificación vinculante, es decir, que sea de adecuado cumplimiento”.
Reyes vincula a esta situación la imposibilidad de prever si puede volver a ocurrir. “No sabemos ni dónde ni cuándo va a volver a pasar algo similar. No hay diagnóstico, planificación, ni seguimiento del estado de salud de las masas arbóreas”, aclara.
La especie adecuada en el entorno adecuado
Marco Díaz-Bertrana, técnico ambiental, aporta otra clave: “El entorno de los árboles ha quedado descontextualizado”. En el caso de plaza de Las Ranas, “conviven una serie de árboles de gran porte que han estado sometidos a todas las modificaciones del pavimento”, explica. Unas actuaciones en las que, asegura, “nunca pensaron en los árboles, sino únicamente en dejarlo lo mejor posible para las personas”.
Se trata de unas obras que, en palabras de Díaz-Bertrana, “hacen que los árboles lo sientan a largo plazo y las consecuencias de los daños se manifiestan al cabo de cuatro o cinco años”. En ese momento “ya nadie relaciona y nadie se acuerda de que esa plaza estuvo en obras durante un montón de tiempo”.
El técnico denuncia que las condiciones no permiten hacer un seguimiento del estado de las raíces o de si las desinfecciones han sido efectivas, dado que el 100% del suelo se encuentra pavimentado en esa zona. Esto provoca que los árboles no tengan un espacio de oxígeno con el medio y que se dificulten los aportes de agua.
En definitiva, el técnico recuerda la importancia de que exista “una programación de futuro en la que se elija de forma acertada las especies a plantar y que tengan su espacio de confort garantizado por muchos años”. Al respecto, apostilla que, en una situación hipotética, no sería conveniente “que el ayuntamiento decida en pocos años levantar el pavimento para reformar la plaza o pasar una tubería de saneamiento”, aunque reconoce que “esto es fácil de decir, pero muy difícil de aplicar”.
Podas mal realizadas
Ambos expertos señalan que las podas no se realizan adecuadamente. Díaz-Bertrán apunta que “una poda mal dirigida, en una mala época, destroza el futuro del árbol y promueve una serie de brotaciones que hacen que luego el árbol sea inviable”.
Eugenio Reyes explica que “todos los árboles están diseñados para que caigan las ramas y entre luz". "Se trata de un proceso natural y es necesario saber cuándo va a ocurrir para poder evitarlo”, añade. Por su parte, Díaz-Bertrán dice que, en el caso de la plaza de Las Ranas el pasado fin de semana es un Ficus Macrofila, “una especie que tiene ejemplares de grandes dimensiones que lanzan raíces aéreas para soportar el peso, y eso es complicado de mantener en un entorno así, provocando que el árbol no tenga garantías de seguridad al no disponer de una sujeción natural”.
Una rama en riesgo de caer en Schamann
Según informa el diario La Provincia, los bomberos cortaron ayer lunes la rama de un Ficus en el barrio capitalino de Schamann que se encontraba también en riesgo de desprenderse. Lo mismo sucedió en el año 2018 en el barrio de Las Chumberas provocando el daño de cuatro vehículos que se encontraban estacionados.