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Gran Canaria

El alcalde de Agaete se planta: "La decisión de cerrar la escuela municipal de música es firme"

Profesores y alumnos se concentrarán este sábado en la Plaza de la Constitución del municipio para pedir que se considere la decisión tomada por la Corporación municipal

Marcos Moreno / Luna Moya

6 minutos

Una actuación de la escuela municipal de música de Agaete / CEDIDA

La Escuela Municipal de Música Lucy Cabrera de Agaete echó el cierre el pasado 26 de septiembre. El Ayuntamiento norteño tomó la iniciativa tras considerar que eran unas instalaciones inviables desde el punto de vista económico con el objetivo de destinar el dinero a otros servicios del municipio como la limpieza o el suministro de agua. Alumnos y profesores no están de acuerdo con que se le haya echado el cerrojo al edificio y este sábado se concentrarán a mediodía en la Plaza de la Constitución para pedir la reapertura. 

Atlántico Hoy ha podido preguntarle a Jesús González, alcalde Agaete, si existe alguna posibilidad de reconsiderar la decisión y su respuesta es tajante: “Por desgracia, es una decisión que ya es firme. No hay marcha atrás ahora mismo”. “Espero que la gente confíe y vea que se ha tomado porque creemos que es lo mejor para el municipio”, apostilla. 

El origen

Todo ha ocurrido muy deprisa. En menos de dos semanas la escuela dejó de estar operativa, los trabajadores recibieron el finiquito y se ha organizado una concentración por parte del profesorado y alumnos para protestar. Muy poco tiempo para tantas cosas. ¿Cómo empezó todo?

El martes de la semana pasada los profesores fueron citados en la escuela de música por parte del regidor y la concejala del Área para darles la noticia y explicarles lo sucedido. Hasta ese momento, nadie sabía nada y la decisión cogió a la plantilla por sorpresa. De hecho, 45 minutos antes de encontrarse con los representantes municipales recibieron sin esperárselo una notificación de su banco sobre que habían sido liquidados económicamente. 

Una actuación de la escuela municipal de música de Agaete / CEDIDA

¿Reconsiderar la decisión?

José Vicente Araña, jefe de estudios de la escuela Lucy Cabrera, estuvo presente en la reunión con el regidor y estará en la concentración apoyando la causa. “Ha sido todo un poco contrarreloj. Hemos tenido que pedir permiso a la delegación y como el despido fue la semana pasada prácticamente no hemos tenido tiempo porque todas las cosas se van volcando un día tras otro”, manifiesta en declaraciones a este periódico. 

Apunta que el Ayuntamiento echó el cierre del centro sin reunirse antes con ellos y cree que hubiera sido lo correcto. “Miraron muchas vías pero ninguna fue hablar con nosotros. Cuando hay voluntad y predisposición todo se consigue. Intentaremos ver si reconsideran la decisión”, subraya.  

Abatidos y sorprendidos

Con la convocatoria buscan, detalla, reafirmar que la escuela municipal de Agaete debe sobrevivir. “Porque se lo merece, siempre ha sido la mejor escuela de España en alumnos durante muchos años”, agrega. “Yo intentaré luchar hasta el último aliento para que por lo menos se reúnan con nosotros de nuevo para buscar una solución”, sentencia. 

Recuerda el día en el que perdieron su empleo. Momento en el acudió al lugar la Policía Local con las cartas de despido. “Nos quedamos todos con los ojos como soles. Estábamos, a parte de abatidos, sorprendidos”, rememora.  

Desde 1997

Algo parecido vivió Antonio Auyanet. Su cargo era el de director del centro y estaba en casa cuando recibió la noticia porque se encontraba de baja. Llamaron a su timbre y era un agente que le llevaba la carta de despido. Cuando pudo ver el estado de la escuela observó que le habían puesto cadenas con candado, “fue dantesco y bastante surrealista”. “Nosotros estamos allí desde 1997”, destaca. 

Lo más llamativo es que no sabían nada. El profesorado desconocía que el cierre estuviera entre los planes del Consistorio agaetero. “No sospechábamos nada, teníamos el curso preparado para empezar”, garantiza Auyanet. Tuvo una reunión con el regidor el 2 de agosto en la que el primer edil le transmitió, al parecer, que podían contar con su apoyo. 

Reunión con el director

Jesús González, el alcalde, confirma que en el encuentro entre ambos en el que también estaba la concejala del Área no salió el tema de cerrar las puertas de Lucy Cabrera. “No se manifiesta porque en ese momento se están estudiando posibilidades alternativas, se están haciendo números. Ese mismo día se incorpora el nuevo interventor municipal y se hace un informe en el que se habla de que los números son muy importantes”, relata. 

“Lo sentimos mucho por los perjudicados. Eran unas 105 personas matriculadas. Los ingresos de la escuela de música este año apenas llegaban a los 15.000 euros en tasas y no era sostenible. Somos honestos y Agaete no se puede permitir esa escuela ahora mismo por desgracia”, argumenta. 

Las cifras

Explica que la escuela necesitaba una inversión de 327.777 euros en el presupuesto municipal en unas cuentas que apenas llegan a nueve millones. Las retribuciones básicas del personal son unos 230.505,14 euros y en horas extraordinarias 15.000 euros. Así como para la seguridad social unos 77.460,49 euros. “Después sorprende que en la conservación y reparación de edificios solo habían destinado 500 euros”, sostiene. 

“Es una decisión para la que ya antes de presentarnos se hizo un estudio de los diferentes problemas en el Ayuntamiento. Hay uno de solvencia económica porque aunque no haya deuda, sí es verdad que los presupuestos de Agaete están muy ajustados y muchos de los servicios no se prestan de la manera adecuada. Como que llegue el agua a todos los barrios, la limpieza, la recogida de residuos… Una serie de servicios esenciales que creemos que son mejorables”, apunta. 

Imagen del Valle de Agaete./TripAdvisor

Subir las tasas

Araña, el jefe de estudios, propone que una solución podría haber sido que cada alumno pague una matrícula, excepto las personas que tengan problemas o familias numerosas, porque hasta el momento se abonaba por unidad familiar. El precio era de 32 euros y 16 por asignaturas. “Las tasas se podían haber subido y la gente lo habría entendido perfectamente porque es la más barata de la Isla”, considera.

Apostilla que otro de los problemas es la cantidad de alumnos. Siempre habían tenido muchos y como el año pasado empezaron a impartir piano, música folclórica y danza subieron “exponencialmente” la cantidad de alumnado. “Pero como este año no se iba a contratar a estos profesores la matrícula se quedó en 100”, añade. 

Imagen del Valle de Agaete./TripAdvisor

"Escaso personal"

El alcalde expone que el problema está en la masa salarial del “escaso personal”. “El Ayuntamiento sufraga el 95% del total de la escuela de música y el 98% se va para pago de nóminas. Solo hay seis profesores, faltan tres. Dos a jornada parcial y el resto completa”, afirma.

El exdirector de la escuela opina algo distinto acerca del alumnado. “Hombre, si tú me quitas profesores... Somos 11 y los dejas en seis, entonces pasas de 250 alumnos a 100”, dice. “En un censo como el nuestro de 5.000 habitantes es un porcentaje altísimo. Llegamos a ser una de las escuelas más importantes de España en censo-alumnado”, cuenta con orgullo. 

"Me llevé un palo"

Sobre los salarios, Araña expone que “mi sueldo yo no me lo pongo”. Explica que ellos cobran, al igual que la inmensa mayoría del personal del Consistorio, según el convenio de oficinas y despachos de la provincia de Las Palmas. Eso implica unos 1700 euros netos, aparte la antigüedad y las pagas –además, las horas extraordinarias aunque él asegura que nunca recibió ese tipo de pagos–. Tanto él como el director piensan que deberían tener un convenio de docentes. 

Hace unos días, el alcalde calificó la escuela como un “lujo” que el municipio no se podía permitir. El director y el jefe de estudios califican sus palabras como desafortunadas. El primer edil, preguntado por este diario, matiza lo dicho y dice que no es ningún lujo. “Yo lo que he dicho es que Agaete no se puede permitir eso tal cual está”, expone. 

Antonio Auyanet, aunque no sabe si podrá acudir a la concentración de este sábado, cuenta que estará allí en corazón y en alma. Habla en nombre de todos cuando dice que el cierre les ha roto la vida. “Para nosotros este impacto, sin habernos dado la oportunidad de negociar…  No nos dieron los 15 días de preaviso. Lo que me llevé fue un palo”, culmina.