El perfil de trabajador en redes sociales se ha profesionalizado y ha ganado importancia sobremanera en las empresas. Lo que para muchos pudo comenzar como un hobby se ha terminado por formalizar como un modo de vida y una profesión con futuro. Ése es el caso, por ejemplo, de José María Hernández González. A sus 32 años, actualmente es el responsable de la comunicación on line de marcas como Berlín 89, Beer Festival Tenerife, Mojos y Mojitos, Il Ponte Restaurant, la productora Sigan Bailando, la página oficial de La Calle de La Noria, además de trabajar también bajo las directrices de la agencia Pop House Tenerife para Incabe y sus eventos en la isla de Tenerife. En el pasado también gestionó para marcas y proyectos como Terraza Isla de Mar, Gin Loe (a nivel nacional), Gastrobar El gusto por el vino, Strasse Park, etc…
“Comencé a gestionar perfiles en Facebook antes de que existiera el perfil de Community Manager tal y como lo conocemos ahora -comenta José María Hernández-. Mis comienzos fueron autodidactas. Por ese entonces, hace ya más de diez años, no existían cursos especializados sobre esta materia; creo que la mejor forma de aprender en este entorno es probando cada día, leyendo sobre la materia, asistiendo a charlas, e innovando”.
Detrás de cada publicación y para cada empresa, una estrategia definida, aunque siempre con un patrón de funcionamiento común: “Mi forma de trabajar siempre ha sido generar mucho contenido. Siempre creando una información interesante, pero con una visión global. Creo que la clave está en no cansar hablando todo el día de uno mismo, de la marca sobre la que se está trabajando. También es bueno y muy interesante hablar de lo que pasa a tu alrededor, de lo que pasa día a día, de los eventos cercanos... y sobre todo crear sinergias a ser posible con otros proyectos”.
Una de las labores principales de un community manager es controlar las denominadas crisis derivadas de las interacciones de los fans de las marcas en internet: “Muchas veces se dan insultos o comentarios inapropiados. Siempre que se falta el respeto o se superan ciertos límites, borro el comentario. Hay una convivencia que no se puede pasar por alto. Una de las anécdotas que puedo contar tuvo que ver con el concierto de Ricky Martín en Tenerife de hace unos años. Había una fan que lo quería ver a toda costa y mes escribía todos los días con la misma petición. No fue muy sencillo de llevar”.