'12.480 horas' une las pinturas y las esculturas de Carmen Cruz y Gozton Cañada

La exposición se mantiene abierta en el Castillo San Felipe del Puerto de la Cruz hasta el 7 de febrero

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Bajo el título de ‘12.480 horas’, los artistas Carmen Cruz y Gozton Cañada unen sus pinturas y esculturas en una exposición conjunta que se mantendrá abierta hasta el próximo 7 de febrero  en las instalaciones del Castillo San Felipe del Puerto de la Cruz, que desde el 9 de febrero acoge 44 lienzos y 15 obras escultóricas

En palabras de la propia Carmen Cruz,  esta muestra “quisimos enfocarla en el tiempo, el tiempo del trabajo de crear. No nos basamos sólo en la estética del trabajo, si no en el trabajo en sí. Y como se explica en el propio cartel anunciador, sólo pedimos unos minutos de tiempo para verlas”.

La pintora Carmen Cruz (1961), después de una infancia y adolescencia en Tenerife viaja a la península, viviendo un tiempo en Madrid. En 1981 se traslada a Donostia donde conoce a personas relacionadas con el arte; eso le da la oportunidad de ver de cerca y aprender de un mundo que desde pequeña le había fascinado.  En 1990 vuelve a Tenerife con su hija, afincándose en el Puerto de la Cruz donde empieza a pintar: “En mi obra abundan las personas solas, con sus momentos. Intento reflejar una pequeña parte de su mundo, y por la misma razón los rincones, las farolas, puertas, los detalles de elementos que normalmente no miramos, miramos el conjunto, pero creo que en los detalles es donde está la magia”.

Gotzon Cañada (1951) cursó dos años de Bellas Artes en la Facultad del País Vasco. Entre 1978 y 1982 es profesor de modelado en la Universidad Popular de Bilbao. En 1972 participa por primera vez en una muestra colectiva, Arte Vasco en Barakaldo y presenta una individual en Bilbao. Un año después es seleccionado en la dotación de arte Castellblanch en Valladolid y en la exposición Al deporte por el arte en Madrid.

Cañada trabaja sobre todo la cerámica y la vidriera, terreno que no abandona nunca y que le lleva a realizar numerosas obras en espacios públicos. Después de una larga experiencia expositiva y numerosos premios recibidos, en 1982 traslada su residencia a Tenerife, donde realiza algunos trabajos y una exposición retrospectiva en 1988 y donde continúa viviendo.