Espacio y especies de gran valor ecológico afectados en incendio Gran Canaria

La ONG de conservación y estudio de aves y sus hábitats SEO/BirdLife ha afirmado que espacios y especies de gran valor ecológico han sido afectados por el último incendio forestal

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La ONG de conservación y estudio de aves y sus hábitats SEO/BirdLife ha afirmado que espacios y especies de gran valor ecológico han sido afectados por el último incendio forestal que han padecido las medianías y cumbres de Gran Canaria En un comunicado, la organización subraya que durante las últimas semanas tres incendios han afectado a la isla y que el Gobierno canario dio por estabilizado el último el pasado miércoles, después de que se vieran involucrados 45 núcleos poblacionales y fueran desalojadas unas 10.000 personas.

Las llamas afectaron superficie de 10.346 hectáreas, alrededor del 8 por ciento del total de Gran Canaria. Los espacios naturales protegidos afectados, en la parte central y noroeste de la isla, son el Paisaje Protegido de Las Cumbres, el Monumento Natural Montañón Negro, los Parques Rurales Doramas y Nublo, así como el Parque Natural Tamadaba, y la nota subraya que muchos de esos espacios forman parte de la Red Natura 2000 y están designados como Zonas Especiales de Conservación (ZEC).


También se habría visto afectada la Zona de Especial Protección para las Aves de Tamadaba, un espacio que pertenece también a esta red europea; y otros espacios singulares dañados serían las ZEC Barranco de la Virgen y Nublo II, así como el Área Importante para la Conservación de Aves del Pinar de Tamadaba y las zonas de monteverde donde se ha reintroducido la paloma rabiche.

Sobre el impacto en la avifauna de Gran Canaria, destaca que en la zona quemada habitan unas 50 especies diferentes de aves vinculadas a distintos ecosistemas, muchas de ellas especies o subespecies endémicas tanto insular como canario o macaronésico.
Este sería el caso de una rapaz forestal como el gavilán, un pájaro carpintero como el pico picapinos o paseriformes como el herrerillo o los pinzones común y azul de Gran Canaria.

Asimismo, aparecen especies de medios agrícolas como el gorrión chillón, el triguero o la codorniz, así como rapaces nocturnas como la lechuza y, muy especialmente, el búho chico.

"Más que por el impacto directo del fuego, del que las aves suelen escapar, debería preocupar más el impacto indirecto producido por la pérdida de hábitats, lugares de nidificación y recursos de alimentos que pueden afectar más a medio plazo, así como un previsible aumento de la depredación por especies exóticas invasoras ante la pérdida de lugares de refugio y descanso", subraya Yarci Acosta, delegado de SEO/BirdLife en Canarias.

A pesar de que la mortalidad directa generalmente no suele ser un problema, la exposición al humo, igual que en el humano, sí que puede afectar a sus vías respiratorias. "Es necesario hacer un seguimiento de las especies tras el incendio ya que habrá habido un desplazamiento de los ejemplares, que pueden volar hacia zonas seguras, para determinar el impacto real del incendio en este grupo animal", añade.


En su opinión, "en el caso de ejemplares volantones o de crías, si el fuego llegó hasta sus nidos, estas habrán perecido bajo las llamas, pero los adultos reproductores se habrán puesto a salvo".

Acosta matiza también que "si bien está acabando el periodo de nidificación de un número importante de las aves que podrían verse afectadas y, consecuentemente, el impacto es menor que si el incendio hubiera sido semanas antes, sí coincide con, por ejemplo, polladas de búho, pardelas en huras con pollos, vencejos en cavidades, y grupos familiares de muchas especies, además de juveniles emancipados de gavilán y aguilillas".

"A esto habría que añadir que los vuelos de huida favorecen los choques y atropellos entre las aves, pero, en cualquier caso, es pronto para valorar el grado de afección real a la avifauna dado que para ello es necesario realizar estudios en el lugar", indica.

Una de las especies bandera que más preocupa es el pinzón azul de Gran Canaria, un endemismo exclusivo de la isla que tiene unas densidades muy bajas y cuenta con una población de tan solo unos 280 o 300 ejemplares.

Afortunadamente, su principal núcleo poblacional se encuentra en la Reserva Natural Integral de Inagua no se ha visto afectado porque el fuego no le llegó.

Sí parece que se han visto afectados parte de los hábitats que ocupa la especie en la cumbre y, puesto que se trabaja en la recuperación de sus poblaciones y en frenar la fragmentación de sus zonas de distribución para mejorar la conectividad del pinar donde habita, esto podría ser una mala noticia a falta de evaluar los daños reales en el ecosistema.

Por último, SEO/BirdLife afirma que el pinar canario es un ecosistema clave en Canarias por que sirve de refugio para un importante número de especies, condensa la humedad de las nubes con lo que juega un rol vital en la ciclo hídrico insular, fija y retiene el suelo y limpia el aire, entre otros beneficios.