Descalabro total de la empresa Gran Leylan SL, constructora del municipio tinerfeño de Candelaria. El Juzgado Mercantil número 2 de Santa Cruz ha declarado el concurso necesario e interviene las facultades de administración y disposición de la compañía.
El auto nombra administrador concursal al abogado Raúl Villarín Vinent. Éste, además de tomar posesión de la empresa, habrá de confeccionar un informe sobre las circunstancias de la bancarrota para determinar si fue fortuita o culpable.
Alud de impagos
Gran Leylan entra de lleno en la categoría de las empresas morosas recalcitrantes. Su historial de incumplimientos es muy extenso. Los juzgados de lo social han tramitado en el periodo 2021-2022 hasta 53 demandas de sus trabajadores, por impago de los salarios.
Además, las administraciones autonómica y local han promovido actas de infracción y ejecuciones contra la sociedad.
Gran Leylan se dedica desde 2013 a la construcción, instalaciones y mantenimiento de edificios. El domicilio de la firma se encuentra en avenida Marítima número 31, de Candelaria. Su dueño, el ciudadano de origen marroquí Alali Ibrahim, obtuvo la nacionalidad española en 2017 y desde entonces se llama Ibrahim Alali Seida. Su empresa facturaba 1 millón de euros anuales hasta el derrumbe definitivo.