La empresa Totisa Holdings ha remitido un informe a la Consejería de Sanidad en el que deja constancia de su rechazo al informe de Salud Pública que dejó a la compañía en una encrucijada. En mayo de 2023 se publicó un documento donde se exponían varias razones por las que el proyecto para instalar una planta de almacenamiento de gas licuado, regasificación y producción de energía eléctrica de 70 Mw en el Puerto de La Luz podría tener efectos negativos sobre el medioambiente.
Salud Pública defendía que la iniciativa debía someterse a una evaluación de impacto ambiental ordinaria por el riesgo de que la población de Las Palmas de Gran Canaria se viera perjudicada. La compañía no está de acuerdo y en el texto al que ha tenido acceso Atlántico Hoy detalla que se ha incurrido “en una consistente falta de objetividad”.
"Un informe fallido"
Desde Totisa interpretan que el autor “en vez de dedicarse a su fin esperado”, redactó un documento instrumentalizado con el objetivo de no aprobar el proyecto si está localizado en el puerto. “Para ello, se ve necesariamente obligado a ignorar los informes redactados por terceros que demuestran que el proyecto facilita la reducción neta de emisiones”, resaltan.
“Por tanto”, continúan, “no podemos aceptar este argumento en la medida en que se basa en conclusiones de un informe que consideramos fallido”. El Gobierno de Canarias valoró en su momento que “el estudio de dispersión de contaminantes atmosféricos que se ha presentado no cumple los requisitos mínimos para su consideración”.
Ubicación
Merece la pena resaltar que la planta de gas licuado estaría ubicada entre la zona de aguas de la Dársena de La Esfinge y la parte exterior del Dique Reina Sofía del Puerto de La Luz. La empresa promotora, propiedad de Alejandro Peñafiel, también difiere de lo expresado por la Asociación Cívica Gran Canaria Renace, quien dijo que la capital de la Isla no podría digerir las actividades que desarrollaría la iniciativa.
“Dado que tenemos la responsabilidad profesional de circularnos en el ámbito de la rigurosidad, objetividad y de la seguridad jurídica, la cuestión se reduciría a determinar qué efecto tiene un proyecto en esa capacidad de digestión, si es que este es un parámetro objetivable”, reza el texto.
El sistema eléctrico
“Si bien no es aparente cuál es ese parámetro, sí podemos empezar por determinar en qué medida una actividad contribuye al deterioro neto del medioambiente, o si por el contrario, contribuye a su mejora. Si se da –como es el caso– esta última circunstancia, el argumento se hace inaplicable”, prosigue.
Hace referencia a que “ha quedado acreditado en los distintos informes, que justifican pormenorizadamente los cálculos en los que se basan sus conclusiones, que el proyecto permite una reducción neta de emisiones, tanto en las actividades portuarias como las derivadas de la explotación del sistema eléctrico". Pero cree que son documentos “ignorados por las asociaciones activistas como única forma de sostener el rechazo previo al proyecto”.
Las chimeneas
Peñafiel tampoco considera probado que pueda afirmarse “genéricamente y sin el debido contraste con los datos, que la contaminación terminará recorriendo toda la ciudad de norte a sur”. “Los valores máximos, que están muy por debajo de los límites marcados por la normativa, se dan en un punto específico de talleres de la zona portuaria”, añade.
Las instalaciones contarán con cuatro chimeneas, en torno a las cuales, para Totisa “parece existir igualmente la percepción, no justificada, de un elevado impacto paisajístico, que hará que la central sea un nuevo elemento perturbador tanto en términos visuales como de contaminación”. “Está basado en suposiciones previas que no se sustentan tras una observación objetiva”, apostilla.
Datos del proyecto
Cabe preguntarse por qué están tan seguros. Su argumentario se basa en que “estas cuatro chimeneas de 25 metros de altura cada una, quedan muy por debajo de los 144 metros de altura de las nuevas grúas de la terminal de contenedores de OPCSA”. Subraya que, como se demuestra en el apartado de impacto paisajístico en el que se ha integrado la volumetría de la central, ni siquiera es visible desde la mayor parte de las localizaciones.
La planta generará 70 megavatios de electricidad y supondrá una inversión por parte de Totisa de 39 millones de euros. La empresa cuenta con la conseción demanial de una superficie de 14.440 metros cuadrados en los rellenos de la Dársena de la Esfinge, 38.226 metros cuadrados de lámina de agua en la Dársena de La Esfinge y 2.312 m2 de canalizaciones subterráneas en la zona de servicio del Puerto de Las Palmas.