Hace cuatro años nació la asociación Insula Signa, dedicada a adquirir, proteger y restaurar rótulos comerciales que han formado parte del imaginario colectivo del Archipiélago.
Una formación sin ánimo de lucro que, solo con las aportaciones de sus asociados, ha conseguido rescatar del olvido icónicos letreros como el de La Chistera, la sala regentada por el inolvidable Manolo Vieira, el de Multicines Galaxy (ambas en Las Palmas de Gran Canaria) o el que será su próximo proyecto, el último rótulo de las míticas tiendas Maya.
Pese a su relevante labor para salvaguardar parte del legado material de las Islas, hasta ahora nada han recibido de las administraciones públicas, haciéndoles estar continuamente en la cuerda floja. La única excepción se encuentra en el Puerto de la Cruz, municipio tinerfeño que ha contratado los servicios de Insula para un encargo pionero en España: inventariar, proteger y recuperar el patrimonio gráfico del municipio.
Para hablar de esta y otras cuestiones Atlántico Hoy ha entrevistado a Jaime Medina, su presidente, un rotulista de la vieja escuela, el único en Canarias que actualmente trabaja con la técnica artesanal, con pincel y rotulando las letras a mano.
Pregunta: ¿Cómo nace la asociación?
Respuesta: La creamos hace cuatro años un grupo de personas sensibles con este tema, pues vimos la necesidad de proteger un patrimonio que ha sido olvidado o desatendido. Ahora mismo somos unos 60 socios, entre los que hay diseñadores gráficos, arquitectos o historiadores y abarcamos todo el ámbito canario con el fin de concienciar a la gente y a las instituciones de que esto tiene un valor que hay que conservar.
¿Hay experiencias homólogas en la península?
Sí, de hecho hay una red que se llama Red Ibérica del Patrimonio Gráfico, A raíz de toda la gente que nos dedicamos a esto y nos conocemos surgió la idea de esta red para salvaguardar todos estos carteles y rótulos que iban un poco más allá de lo que es la rotulación para convertirse en referentes. Nosotros decidimos tener nuestra propia identidad porque ellos en la Península comparten recursos y tienen las cosas más fáciles pero nosotros aquí tenemos que buscarnos la vida por nosotros mismos.
¿Cuáles son las primeras acciones que llevaron a cabo en Canarias?
Desde el principio lo que hacemos es documentar, investigar e intentar poner todo esto en valor. El primer rótulo de renombre que rescatamos fue el de la Librería Rexachs que llevaba un siglo en la calle Triana de Las Palmas. También en Triana el de la Joyería Rubí. El de Multicines Galaxy fue todo un reto porque es enorme, más de 6 metros de luminoso.
¿Dónde conservan los rótulos?
Como podemos. En trasteros, garajes o casas particulares. Tenemos rótulos por todos sitios esperando que llegue su momento y puedan ser expuestos. Creemos que una buena alternativa a un proyecto museístico, que es más ambicioso y difícil, es intentar que particulares que posean un espacio apto puedan tenerlos expuestos, siempre buscando que tengan alguna relación, ya sea con el barrio en el que estaba o con la actividad que desarrollaba.
¿Cómo sufragan los gastos que supone el desmontaje y traslado?
Todo lo que hemos rescatado lo hemos pagado nosotros: las operaciones de retirada, los gastos de almacenamiento (pagando un trastero), si hay que pedir permisos a un ayuntamiento… La verdad es que nos está costando incluso dinero, pero mantenemos la esperanza de que algún día las instituciones se hagan cargo y nos faciliten la labor, algún sitio donde puedan ser expuestos, porque es lo que nosotros pretendemos. No tiene sentido rescatar un rótulo y guardarlo en un almacén.
¿Cómo es la negociación con los propietarios?
Siempre contactamos con el propietario y llegamos a un acuerdo. Siempre firmamos un contrato de donación o de cesión para que tengamos todas las garantías. Hasta ahora hemos encontrado buena acogida casi ninguno tiene inconveniente e incluso a muchos le hacemos un favor
¿De qué manera surge el convenio con el Puerto de la Cruz?
Después de cuatro años encontramos por fin una administración sensible a este tema. Vieron en la prensa lo que estamos haciendo y nos llamaron para preguntarnos sobre nuestra actividad porque creían que el Puerto de la Cruz tiene cierto patrimonio y nos contrataron para hacer una prospección, ver en qué estado está ese patrimonio y qué es lo que se puede rescatar o proteger. Ya llevamos parte pero será un trabajo que se va a prolongar durante seis meses.
¿Qué es lo más relevante que han encontrado hasta ahora?
El Puerto de la Cruz es una de los municipios canarios que tiene un cartel de Nitrato de Chile, aunque está incompleto haremos una propuesta para repararlo porque además es uno de los mayores de España. Solo hay tres de este tamaño: uno en Santa Cruz de La Palma que fue restaurado hace poco y el otro está en Guadalajara.
Este de La Palma es de los pocos que tienen una protección como el del Tío Pepe en la Puerta del Sol de Madrid o el Toro de Osborne. Pero no se ha hecho nada parecido a lo que se pretende hacer en el Puerto y es un hito a nivel estatal. Esperemos que se prenda la mecha y otros municipios se contagien porque el patrimonio que tenemos en Canarias es muy rico.
¿Cómo se realiza un trabajo como este?
Se hace un recorrido a pie para llevar a cabo un reconocimiento visual de lo que hay, también un inventario de los rótulos que existieron pero ya no están. Esto lo estamos haciendo en archivos particulares y públicos, bibliotecas y archivos fotográficos, con bastante éxito porque la gente nos está apoyando. Estamos encontrando imágenes que son verdaderas joyas, que nos permiten hacer lo que llamamos un traje virtual, recrear un rótulo a partir de una imagen si es lo suficientemente buena.
¿Qué debe tener un cartel para que sea relevante?
Hay cuatro o cinco factores que son nuestros mandamientos. A veces es una combinación de varios pero a veces con uno solo basta. Deben tener interés desde un punto de vista artístico o estético, histórico, técnico, identitario o cultural. Ahí interviene también lo comercial y la evolución del lenguaje publicitario. Por ejemplo, si usted ven un rótulo que pone dulcería hay muchísimas posibilidades de que esté en Canarias, igual que tabaquería porque en el resto de España es estanco. También curioso el uso de piscolabis aquí en Gran Canaria para dar nombre a un tipo de establecimiento hostelero o de los guachinches en Tenerife.
Un caso de valor desde un punto de vista histórico es el de un rótulo en Gran Canaria que rescatamos que no tiene nada en particular estética o técnicamente, pero tiene una historia. El comercio era propiedad de uno de los fundadores de Canarias Libre que acabó en la cárcel porque hacía propaganda durante el régimen franquista. En el local imprimían las octavillas, pero al final les descubrieron y fueron encarcelados.
En el plano cultural podemos señalar el rótulo de Maya que vamos a rescatar, que llegó a tener muchas tiendas, tuvo tarjeta de crédito antes que El Corte Inglés y ahora ha desaparecido, pero simboliza la llegada de todos los comercios hindú que llegaron a Canarias.
Hay rótulos hechos por artistas reconocidos
Por supuesto, el más cercano el que hizo César Manrique Montaña del Fuego
¿Teme que la censura en el Puerto les pueda perjudicar de cara al siguiente paso del proyecto?
La verdad es que sí, pero no podemos decir cómo va a ser todavía. Lo que sí te puedo decir es que el consistorio actual se ha mostrado muy sensible hacia el tema. Hay un contrato de por medio y creemos que lo van a respetar. Podrían cancelarlo pero no creo que lleguen a dar ese paso. Esperemos que lo que entren tengan la misma sensibilidad, pero la posibilidad de que todo acabe en un cajón existe, evidentemente.
¿Han tenido conversaciones para colaborar con otras administraciones?
Hay algunas propuestas que están encima de la mesa. Estamos involucrando a muchos actores de la vida social y cultural. Tenemos un convenio con la Universidad de La Laguna y ellos podrían destinar alumnos a hacer prácticas en este tipo de proyectos, involucrarlos y llenar de contenido alguna materia contemplando este patrimonio. También con la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y la Asociación de Diseñadores Gráficos de Canarias y estamos trabajando en otro con la escuela Fernández Estévez.
Lo bueno sería que otros municipios se sumara. Pienso en La Orotava o Icod de los Vinos, poblaciones del norte con un patrimonio muy valioso y desapercibido que está en la calle. Son lugares que han sufrido menos la especulación urbanística y por ello se conservan muchas más casas. En Las Palmas o Santa Cruz es más difícil. La Palma es otro sitio increíble fue muy activa comercialmente. Se da una circunstancia en Canarias que a mí me parece muy cosmopolita y que quizás solo se pueda ver en grandes urbes como Londres Nueva York o París, y es que hay carteles en los que no hay ni una palabra en castellano, como en los casos de los restaurantes coreanos o japoneses que estaban dirigidos a la clientela de su país que venían en los barcos.