En marzo de 2020, la práctica totalidad de la actividad empresarial en España se paró en seco por culpa del confinamiento sobrevenido por la pandemia de la COVID-19. Para auxiliar a las empresas, el Gobierno de España facilitó la ejecución de los ya famosos Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTES), un mecanismo para suspender la relación laboral entre los trabajadores y las empresas momentáneamente. Durante ese periodo, los empleados recibirían una prestación por parte de la Seguridad Social para posteriormente reincorporarles a su puesto habitual.
Naviera Armas, como miles de compañías, fue una de las empresas que utilizaron los ERTES para minimizar la sangría económica que supuso cortar el tránsito de viajeros. No todos los trabajadores fueron incluidos en el ERTE, obviamente. La naviera tuvo que dar desde el principio del confinamiento unos servicios mínimos, ajustando al máximo el número de buques y trabajadores empleados para poder llevarlos a cabo.
Se posponen las vacaciones
Un día, decenas de trabajadores fijos que estaban embarcados pasaron al ERTE sin disfrutar de sus vacaciones. Generalmente, los empleados de la flota de Naviera Armas trabajan 15 días seguidos y libran otros 15. Es lo que se conoce como el "régimen 0'5". Es decir, por cada día trabajado corresponde uno de descanso retribuido. En el momento de mandar a los trabajadores al ERTE, Naviera Armas no abonó los días de vacaciones equivalentes a los trabajados, sino que anunció que esa compensación se haría más adelante -algo que, efectivamente, ha ido ocurriendo desde entonces, aunque con matices-.
En una carta dirigida a uno de los miembros del comité de empresa de entonces a la que ha tenido acceso Atlántico Hoy, el director de Recursos Humanos de Naviera Armas, Paul Díaz-Saveedra Abadie, informó de lo siguiente: "Las vacaciones y descansos pendientes de liquidarse se compensarán tan pronto como esta compañía pueda hacerlo, cuestión que se informará oportunamente y teniendo en cuenta la excepcionalidad de la situación en la que nos encontramos, en la que, le recuerdo, los ingresos han disminuido drásticamente dada la coyuntura".
Con respecto a las dudas planteadas por el comité de empresa respecto a la reducción de personal y las limitaciones en materia de retribuciones, tanto por pluses como por vacaciones, Díaz-Saavedra alegó: "Indicarle que, dada la grave situación en la que se encuentra el sector, derivado de la evidente disminución de ingresos en todas las compañías navieras, la nuestra en particular se halla especialmente preocupada en mantener la actividad y el empleo en la medida de lo posible, no previéndose adicionar costes económicos en complementos o pluses que pudieran poner en peligro la propia actividad y el empleo existente. Sería del todo imprudente y negligente por tanto adoptar una política de incremento de gastos en una situación de disminución de ingresos evidente".
La "trampa" con los servicios mínimos
El argumento de la naviera para no abonar inmediatamente las vacaciones y los pluses e ir recuperándolas en años posteriores queda claro e incluso puede resultar convincente. No obstante, la compañía se ahorró no solo las vacaciones de los trabajadores en ERTE sino también las de los que, supuestamente, estaban realizando servicios mínimos.
Algunos de ellos siguen, a día de hoy, sin recibir esa parte de su salario. Entre ellos hay capitanes, entre los cuales se encuentran algunos de los que han sido despedidos por SMS por Armas en los últimos dos años después de denunciar problemas de seguridad de los buques.
Se sustituye el descanso por ERTE
Uno de ellos explica a Atlántico Hoy que, desde que comenzó el confinamiento y hasta julio de 2020, él estuvo trabajando con normalidad dado que era uno de los que cubrían esos servicios mínimos. Como se ha mencionado líneas arriba, trabajaba en el "régimen 0'5", es decir, capitaneaba el barco 15 días y descansaba otros 15.
No obstante, los 15 días de descanso no eran tales, sino que Naviera Armas mandó a esos empleados a ETRES discontinuos de dos semanas que coincidían con su periodo vacacional por el "régimen 0'5". Por lo tanto, los trabajadores en estas circunstancias estaban recibiendo, pese a estar en activo con la misma normalidad que anteriormente, sólo la mitad de su sueldo por parte de la empresa. La otra mitad, que correspondía a las vacaciones, no era abonada, sino que la Seguridad Social les pagaba una prestación de desempleo por suspensión temporal.
Las "bolsas de vacaciones"
Atlántico Hoy ha podido corroborar estos hechos con la vida laboral de uno de los trabajadores afectados. Respecto a la forma de recuperar las vacaciones no retribuidas, Naviera Armas y UGT, en aquel momento en la presidencia del comité de empresa, acordaron un sistema de "bolsas de vacaciones" para ir dando a los empleados afectados por los ERTES en los años posteriores.
De esta forma, en un comunicado interno de la sección sindical de UGT en Naviera Armas del 19 de junio de 2020, el sindicato explicó a los empleados que había "llegado a un acuerdo con la empresa para que, en la medida de lo posible, se vayan saldando parte de las vacaciones acumuladas por los tripulantes en base a los que mayor cantidad de las mismas tengan pendientes por disfrutar".
El plan era que "los tripulantes con una bolsa de vacaciones de mayor volumen, a criterio y previa comprobación de la empresa", serían "rescatados del ERTE 15 días antes de comenzar su campaña", volviendo a estar vinculados a la empresa desde ese mismo día cobrando los 15 días de vacaciones, "pasando luego a embarcar para hacer su campaña". Según dicho comunicado, los primeros en acceder a esas "bolsas de vacaciones" serían los oficiales.
Preferían trabajar
Pero esta modalidad no resultó del agrado de muchos empleados y, además, no se limitó sólo al año 2020 sino que se reprodujo en años siguientes. La razón por la que los trabajadores no estaban a favor era que, dado que ya habían estado de ERTE, preferían cobrar el salario por sus días libres y seguir trabajando -cobrando, así, los pluses- que disfrutarlos al año siguiente sumados a sus vacaciones normales.
En 2021 la dinámica fue la misma. Así lo atestigua una comunicación de enero de 2021 entre entonces el jefe de máquinas de uno de los buques de la compañía y el responsable de tripulantes de Naviera Armas, Josué Armas Medina, de la que ha tenido conocimiento Atlántico Hoy. El primero le consultó: "¿Qué novedades hay respecto a los días o dinero adeudados por la situación del ERTE?".
Un trabajador con 113 días adeudados
Según los cálculos del jefe de máquinas, la empresa le adeudaba en ese momento "92 días" a los que se sumaban 21 que le debían del año 2019. "Recuerda que hubo una orden de dirección de no pagar las vacaciones de ese año, así que también está pendiente", le comunicó el jefe de máquinas a Armas Medina.
En respuesta, Armas Medina contestó: "En principio seguimos igual, lo que se ha propuesto a Inspección de Trabajo es aprovechar a los jefes de máquinas sobrantes de buques parados para cubrir plazas y que el personal pueda disfrutar de sus vacaciones, ya que este 2021 parece que va a ser muy similar a 2020".
Sanciones en Armas
A día de hoy, todavía hay trabajadores de Naviera Armas que reclaman cobrar los días de vacaciones que no se les pagaron en 2020 por los ERTES. Paralelamente a que esto se estuviese produciendo, la sección en tierra de Naviera Armas (Artra) fue sancionada por Inspección de Trabajo por la realización de horas extraordinarias durante la aplicación de los ERTES.
El abuso de horas extra ha quedado patente en diferentes inspecciones de trabajo, tanto en Artra como en la flota de Naviera Armas. Recientemente, a raíz del fallecimiento de un trabajador en el buque Volcán de Tamadaba, Atlántico Hoy pudo saber que la empresa fue sancionada en marzo de 2023 por extralimitarse con las horas extraordinarias y no respetar el descanso entre jornadas de los operarios precisamente en ese barco.
