Naviera Armas ha rectificado su política de embarque respecto a los vehículos eléctricos en la línea Canarias-Cádiz, operada por el buque Ciudad de Valencia, después de un aluvión de críticas en los últimos meses por haberle negado el embarque sin demasiadas explicaciones a varios viajeros a los que informó de su política a pocas horas de su viaje.
El primer viajero afectado del que hubo constancia mediática fue Roberto Amorin, un empresario del sector de los coches eléctricos que visibilizó su caso en redes sociales. En un correo electrónico, Naviera Armas reconoció a Amorin que el buque en cuestión no cumplía los requisitos de seguridad para trasladar vehículos eléctricos. También fue muy mediático el caso de Emilio López, un guardia civil al que la naviera dejó en tierra el mismo día de su viaje y que grabó todo lo sucedido para su canal de YouTube.
El barco no cumplía el protocolo
La cuestión entonces era, según pudo saber Atlántico Hoy, un problema con las aseguradoras y el armador del buque, Visentini. En 2023, la aseguradora Allianz Global Corporate & Specialty (AGCS) emitió un informe encargado por la Agencia Europea de Seguridad Marítima (EMSA) en el que reflejaba el riesgo de incendio de las baterías de los vehículos eléctricos debido a la combustión espontánea de las mismas, algo que ponía en peligro el transporte en barcos, por lo que se creó un protocolo de seguridad para poder embarcar estos vehículos sin el cual las aseguradoras no se harían cargo de las coberturas del barco en caso de incendio. Protocolo que el Ciudad de Valencia no cumplía, razón por la que Visentini prohibió a Armas embarcar estos coches.
Ahora, Naviera Armas ha emitido un comunicado asegurando que ya ha "finalizado la adaptación de toda su flota, de acuerdo con los procedimientos sectoriales, para el embarque y transporte de vehículos eléctricos en todas sus líneas, adelantándose así a la nueva legislación nacional e internacional que aún está por venir, para garantizar la seguridad del transporte de vehículos eléctricos a bordo de sus buques".
Regulación futura
De facto, el único barco en el que hasta ahora no se permitía el embarque a vehículos eléctricos era el Ciudad de Valencia. El proceso ha sido certificado por la sociedad de clasificación Bureau Veritas, indica la empresa, y "ha concluido con las limitaciones que afectaban a la línea Cádiz-Canarias, en la que los clientes ya pueden viajar con vehículos eléctricos sin restricciones".
Actualmente, el sector del transporte marítimo está pendiente de la Organización Marítima Internacional (IMO, por sus siglas en inglés), para que regule los riesgos asociados al embarque de vehículos eléctricos en buques. Una regulación que la empresa considera "urgente aplicar con la mayor amplitud posible y que debe determinar las medidas de seguridad definitivas que deben cumplir los buques para reducir al máximo el riesgo latente para este tipo de vehículos".