La directiva de Naviera Armas tiene pavor a que los marineros cuestionen las órdenes de los capitanes. Así lo reflejan una serie de correos electrónicos de marzo de 2023 entre varios miembros de la dirección de la empresa y los capitanes de su flota de los que ha tenido conocimiento Atlántico Hoy en los que se alerta de un creciente cuestionamiento de las órdenes de los capitanes y se les insta a tomar precauciones al respecto.
De este modo, el director de Recursos Humanos de la compañía, Paul Díaz-Saavedra Abadie, inició el hilo de mensajes sugiriendo que la culpa del cuestionamiento a la autoridad era del poder Legislativo -sin especificar si el estatal o el autonómico- y de un cambio en la sociedad y su educación: "Desde el punto de vista laboral, fruto de la incesante fruición reguladora de nuestro Legislativo combinado con un cambio social y educativo del que nadie es ajeno, la estructura relacional organizativa de dependencia jerárquica entre puestos de responsabilidad como capitanes, jefes de máquinas y directores con respecto de su personal adscrito, subordinado y dependiente existente hasta hace poco se ha ido difuminando o eliminando, llegando a producirse, en ocasiones cada vez más frecuentes, situaciones de cuestionamiento de responsabilidad y autoridad, acusaciones expresas o tácitas de acoso y hostigamiento en sus diversas variantes que han supuesto problemas de índole organizativo muy importantes entre personal de mando y personal dependiente de este".
Siempre con testigos
Díaz-Saavedra añadió, tras esta introducción, que los capitanes debían "permanecer 'ojo avizor', pues no es de descartar que cualquier orden o instrucción en el ejercicio de la responsabilidad diaria pueda ser objeto de cuestionamiento directo, discusión o grabación por parte del personal" bajo su responsabilidad. Asimismo, el director de Recursos Humanos les recomendó que, en determinados casos, las "instrucciones u órdenes se den ante potenciales testigos".
En respuesta a esta comunicación, el jefe de flota de Naviera Armas, Luis Jesús Méndez Concepción, añadió que lo que comentaba Díaz-Saavedra era "indudablemente cierto" y recomendó que "cualquier conversación que se produzca con un tripulante que pueda ser origen de conflicto, y sobre todo si versa acerca del desempeño de sus funciones, tenga lugar con testigos [como] cualquiera de los oficiales y en el puente".
Grabar conversaciones con la caja negra
Tras esto, Méndez Concepción añadió: "Estáis autorizados, si lo estimáis oportuno, a hacer uso de la grabación de la VDR -el equivalente a una caja negra de un barco- con objeto de proteger los intereses de la compañía y los vuestros propios como capitanes".
El uso de la grabación VDR a conveniencia resulta paradójico. Hace unos días, Atlántico Hoy publicó la historia de un marinero de Naviera Armas que ha perdido completamente la movilidad de su brazo derecho fruto de un accidente laboral en el barco Volcán de Tagoro en el que trabajaba. En aquel caso, el capitán del buque reconoció ante una inspección del Instituto Canario de Seguridad Laboral (Icasel) que no se habían grabado las conversaciones sobre el accidente con la VDR.
Conversaciones clave
Esas conversaciones, de hecho, eran clave para dirimir si la empresa tuvo responsabilidad en el accidente puesto que el capitán sostiene que dio una orden y el exmarinero accidentado y un testigo presencial de los hechos argumentan que dio la contraria, ocasionándose entonces el accidente.
Un mes después de ese accidente, de hecho, el propio jefe de flota de Naviera Armas, Méndez Concepción, remitió una circular -a la que ha tenido acceso este medio- a todos los capitanes recordando que tenían la obligación de activar la VDR siempre que ocurriese un accidente para que todo quedase registrado.