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Naviera Armas, sancionada tras el atropello de un contramaestre por no tener un protocolo de estiba

Un camión atropelló en junio de 2022 al contramaestre del 'Volcán de Taidía', rompiéndole la pierna | 570 días después, tiene depresión y síndrome de Sudeck

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El fast ferry Volcán de Taidía./ Naviera Armas

Naviera Cíes SAU, filial del Grupo Armas-Trasmediterránea que gestiona el fast ferry Volcán de Taidía, ha sido sancionada con un recargo del 30% en el pago de las prestaciones de la Seguridad Social de un trabajador que fue atropellado por un camión en ese buque en junio de 2022 y que sigue de baja más de 570 días después.

Su nombre es Eliu López de la Osa y era contramaestre en el buque el día que sufrió el accidente. Según ha quedado acreditado en un informe de Inspección de Trabajo al que ha tenido acceso Atlántico Hoy, en torno a las 19:15 del día 19 de junio de aquel año, López de la Osa se encontraba dando indicaciones al conductor de un camión en la bodega del Taidía para que aparcase cuando otro camionero entró a la bodega a gran velocidad, giró al fondo de la misma y le atropelló causándole la fractura del pilón tibial y el peroné de la pierna izquierda.

Enfermedad de Sudeck y depresión

En el último instante antes del impacto, el contramaestre alcanzó a ver de reojo al camión e, instintivamente, dio un gran paso para atrás, evitando que el vehículo se lo llevase por delante pero dejando expuesta la pierna. Fruto del accidente, López de la Osa sufre la denominada "enfermedad de Sudeck", también llamada "síndrome de dolor regional complejo" que le provoca cambios bruscos de temperatura, inflamación, calambres y dolor agudo en la pierna afectada.

Su síndrome se puede tratar, pero los retrasos por parte de la mutua de trabajo a la hora de proporcionarle el tratamiento adecuado, asegura a Atlántico Hoy, no han sido favorecedores para su diagnóstico. Además, fruto de que, desde el accidente, no puede apoyar peso en su pierna izquierda, López de la Osa ha visto radicalmente reducida su actividad física -algo que ocupaba una parte troncal de su vida previa al atropello- y eso le ha llevado, alega, a una depresión.

No había protocolo de estiba

Del día del accidente, la Inspección de Trabajo encuentra a Naviera Cíes (del Grupo Armas) culpable de una infracción grave de seguridad laboral dado que, tal y como declararon los testigos, el accidentado e incluso el propio responsable del servicio de prevención mancomunado de la empresa, Daniel Catalá Nuez, no existía en la naviera ningún procedimiento de estiba, sino que la carga y descarga de los buques se realizaba a ojo conforme a las órdenes y los criterios de los superiores jerárquicos en cada momento.

Según recoge el informe, la explicación de Daniel Catalá Nuez sobre por qué no había entonces un protocolo de estiba, fue que "es muy difícil trazar un procedimiento que sirva para todos los buques que conforman la flota de la empresa, teniendo cada buque sus propias particularidades y siendo suficiente con que cada trabajador cuente con un transmisor y vaya organizándose, además de contar con ropa de alta visibilidad y con los correspondientes equipos de protección individual".

La naviera les da unos silbatos

En el informe que realizó la naviera sobre el accidente, quedó reflejado que, en opinión de la empresa, la causa del accidente fue el exceso de velocidad del camión. Sus conclusiones rezan: "Exceso de velocidad en la operativa por parte del chófer, exceso de confianza o prisa en la operativa, el accidente ocurre a las 19:15 y el buque tiene hora de salida a las 19:30. Ese día tenían previsto embarcar cinco unidades de carga y era la segunda con lo que faltaban otras tres unidades por embarcar".

A su análisis del atropello, la naviera no añadió ninguna propuesta para evitar que volviesen a ocurrir accidentes similares. Requerida por Inspección de Trabajo, la empresa acabó por comunicar que se habían entregado a la tripulación unos silbatos para que pudiesen pitar y hacer ruido si se veían en una situación de peligro.

Sin embargo, Inspección de Trabajo considera que una de las causas del accidente es, precisamente, la ausencia de un protocolo de estiba del barco. Según explica el accidentado a Atlántico Hoy, el día del atropello se había dado permiso al camión para entrar al barco pero no para maniobrar dentro de él sin ninguna supervisión tal y como ocurrió. De haber existido un protocolo claro, insiste, no hubiese ocurrido el accidente.

Testigos despedidos

Tras el accidente, uno de los dos testigos presenciales del atropello -un camionero ahora tristemente fallecido- redujo la prisa con la que realizaba las labores de carga en sus jornadas para evitar accidentes, según aseguran López de la Osa y otros compañeros que les explicó antes de fallecer. Poco después del accidente que presenció, en agosto de 2022, este camionero fue despedido por la empresa, como también lo fue el otro testigo ocular de los hechos que había -un marinero-.

En la carta de despido del camionero, a la que ha tenido acceso Atlántico Hoy, el Grupo Armas le escribía: "La empresa ha podido constatar que no lleva a cabo sus funciones con la debida diligencia y que, como consecuencia de ello, ralentiza indebidamente las operaciones de carga y descarga, lo que perjudica gravemente la organización del trabajo dentro de la empresa y el cumplimiento de los objetivos marcados. Adicionalmente se ha constatado que su actitud durante el trabajo no es la adecuada, puesto que ha realizado de manera constante manifestaciones que resultan del todo inadecuadas para el entorno labor laboral en que las vierte y que perturban el buen ambiente laboral por el que debe ver esta dirección. Como consecuencia de estos hechos, es evidente que la confianza laboral depositada en usted se podría desquebrajar, pues no ha cumplido con las expectativas que la compañía había puesto en marcha en su persona. Por ello como al haberse podido perder la confianza laboral, como consecuencia de un más que evidente bajo rendimiento, nos vemos en la obligación de remitir en la presente comunicación".