Acostumbrada a viajar a destinos cálidos, Estambul me sorprendió con una neblina que adormecía a la urbe sobre las seis de la mañana y pudimos disfrutarla de una manera totalmente diferente.
Así que a medida que transcurrían los minutos y se aclaraba más el día podíamos apreciar mucho mejor los monumentales edificios que se mostraban ante nosotros.
El día fue muy gris, perfecto para poder tomar este tipo de fotografía. La luz en Canarias es muy fuerte y las horas de sol ayudan a sacar contenido dónde los colores vivos predominan, por eso,este tipo de clima ayudó a que las fotos salieran con un toque oscuro y muy bonito, haciendo que el resultado fuera mágico, ¿ustedes qué opinan?
Así que nuestra primera parada fue la Mezquita azul, bañada por el rocío del alba imponía nada más verla, sus alrededores se disponían para darle protagonismo, sus miles de árboles en tonos amarillos y rojizos le daban un toque otoñal precioso. Creo si no me equivoco que es una de las más importantes, construida por el Sultán Ahmed I. Para mí, es unos de los sitios que debemos visitar si nos encontramos en Estambul, su historia es de lo más peculiar, cuentan que hubo mucha polémica con esta construcción, pues tiene seis minaretes, y según la cultura musulmana no puede ser igual que la Mezquita de La Meca, así que posteriormente para apaciguar a los fieles, se construyó un séptimo minarete para marcar la diferencia. Pero lo más sorprendente es cuando entras a su interior y te encuentras con un espectáculo de colores, más de 20.000 azulejos azules, vidrieras en tonos marrones y burdeos y lámparas de araña gigantescas que te atrapan como si de un sueño del lejano Oriente se tratase, es un espectáculo para los sentidos.
Mezquita Santa Sofía | MARTA PURRIÑOS
Situada en el punto más alto te encuentras con Santa Sofía, símbolo de Estambul y una de las obras maestras del arte bizantino. Sus cuatro minaretes y su cúpula de más de 30 metros de diámetro son la imagen más característica de la metrópolis turca, el motivo perfecto para no perdértelo si te pasas por la ciudad.
En la tercera colina de la metrópolis nos encontramos con la mezquita de Süleymaniye, construida cuando gobernaba el imperio otomano. Su cúpula se hizo a imagen del Templo de Salomón y ofrece una de las panorámicas más conocidas de toda la ciudad. Su patio interior ofrece una vista inigualable de su infraestructura. Quizás es una de las fotos que ayudan a reafirmar la majestuosidad que desprende cada una de sus mezquitas, la verdad que estar ahí, rodeada de silencio y respirar su historia, era toda una experiencia. Además, sus tonos grisáceos y sombras hacían de ella todo un referente.
Hemos estado hablando de panorámicas y aquí tienen una, desde la Torre de Gálata, uno de los puntos más altos y desde donde se puede apreciar la inmensa urbe.
En un principio se construyó con la finalidad de controlar el extremo norte del mar a la entrada del Cuerno de Oro pero fue destruida en la Cuarta Cruzada, y posteriormente ha sido restaurada, pasando por diversas funciones como torre de vigilancia.
Un lugar increíble donde observar esta preciosa y estrambótica ciudad.