Kent Hagbarth, consejero delegado de Naviera Armas desde octubre, se baja del barco. El empresario, que venía con buenas credenciales de la danesa Maersk, ha comunicado a la empresa su salida de forma sorpresiva.
El guante lo recogerá Sergio Vélez, de FTI Consulting, figura que ya fue CEO de Armas de manera transitoria tras el acuerdo de reestructuración que llevó a los acreedores de la naviera a hacerse con el control del 96% de las acciones, tras cambiarlas por deuda.
La noticia ha sido adelantada por el portal web Puente de Mando, dirigido por quien fuera director de comunicación de Naviera Armas antes de que los acreedores se hicieran con los mandos de la compañía.
Recorte de rutas
Hagbarth ha tratado en los últimos meses de reflotar la naviera tras el porceso de reestructuración, pero diversos escándalos -nuevos y antiguos, arrastrados desde tiempos de la familia Armas- han hecho mella en la compañía.
Principalmente, las modificaciones en diversas rutas han enfadado a la sociedad canaria. La primera en caer fue la de Las Palmas de Gran Canaria-Morro Jable, que quedó reducida tan solo a los fines de semana.
Tras ella, Armas se deshizo de la línea Huelva-Canarias, concentrando todo el tráfico desde Cádiz. Además, la puesta en venta del buque Volcán de Taburiente que hacía el viaje desde Los Cristianos hasta La Palma generó amplia preocupación por un posible desabastecimiento en la Isla Bonita dado que el Taburiente era el único gran barco de Armas capaz de atracar en el puerto del sur de Tenerife.
La coyuntura ha sido finalmente resuelta con una solución que tampoco agrada a los consumidores: salir desde Santa Cruz, tardando más de seis horas en llegar a la capital palmera.
Inspecciones laborales
A todo esto se suma un enquistado proceso de negociación con los trabajadores para firmar un nuevo convenio colectivo que ha estado empañado por las reiteradas ilegalidades en materia laboral cometidas por la empresa durante los últimos años, en lo que se refiere a horas extra, días de descanso y periodos de descanso entre jornadas.
La última inspección que se realizó a Naviera Armas fue precisamente en el barco Volcán de Taburiente y descubrió más de 21.000 horas extra -miles de ellas por encima del máximo de 80 por trabajador y año que marca la ley- en los 97 empleados que operaban a bordo. Previamente, sendas inspecciones en los buques Volcán de Tamadaba y Volcán de Tauce reflejaron situaciones de abuso muy similares.
En paralelo a la debacle de Armas, quien ha salido reforzado ha sido Fred. Olsen, que ha ido ocupando los espacios que deja libre su competidora. Recientemente, la compañía hispano-noruega adquirió dos buques de carga para suplir el abandono de Naviera Armas de la provincia oriental.