“Se veía venir. Este es un fondo buitre que venía a comernos y le dejamos”. Es el sentir que Ángel Yanes, ya ex presidente del comité de empresa de JSP en Tenerife, traslada a Atlántico Hoy tras el movimiento del fondo de capital riesgo Hiperion para hacerse con el control de la compañía, a coste cero, sin asumir créditos pendientes más allá de los próximos vencimientos -finalizado 2020 tenían 33 millones de deuda a largo plazo- ni los pactos salariales adquiridos a principios de año.
Poco ha durado la tranquilidad en el seno de la mayor industria alimentaria de Canarias. El pasado enero, in extremis, se llegó a un acuerdo entre empresa y sindicatos para darle viabilidad a la empresa en forma de un ERE que afectó a 276 y fue condición sine qua non para facilitar el desembarco de Hiperion.
Esta semana el fondo presentó su oferta de adquisición sin cargas de toda la compañía, que incluye desde las naves y parcelas sin construir hasta la maquinaria, algo curioso dado que está fue vendida (y después realquilada) a la empresa Gordon Brothers. En su oferta presentan un plan de viabilidad con una inversión de 1,1 millones de euros para poner en funcionamiento las plantas de la empresa, paradas en la actualidad.
Yanes, quien se acogió al ERE propuesto en enero y a quien todavía se adeudan 16.000 euros, asegura que desde el primer momento los trabajadores intuían que esta era la intención del fondo asturiano, a la que siempre han vinculado a la familia Sánchez, dueña de JSP. Junto a ellos, Roberto Angulo, que ejerció como consejero delegado del grupo hasta hace poco más de un mes, cuando dimitió de sus atribuciones para, según asegura el entrevistado, pasar a formar parte de las filas de Hiperion. “Vino a hacer inventario”, asegura el antiguo líder de los trabajadores.
Un negocio redondo
Para el también representante de CC.OO. el negocio para ellos es redondo porque no tienen que gastar más que 1,1 millones en un plan de viabilidad para poner a funcionar cuatro plantas que, ahora mismo, han dejado de producir, “cuando han venido inversores con hasta 25 millones de euros y las pretensiones de la familia han hecho que se echen para atrás”.
“Si realmente hubieran querido apostar por esta industria lo hubieran hecho hace tiempo, y ahora se quieren quedar hasta con los pantalanes que tenía don José (el dueño) en Lanzarote o pisos en Santa Cruz que nada tiene que ver con la industria”, asegura.
Entre las propiedades de las que habla Yanes se encuentran varias parcelas en Costa Blanca (Lanzarote) con un valor casi igual al de la inversión que ofrece su plan de viabilidad -poco más de un millón de euros-, además de una nave en Los Majuelos (Tenerife), por más de 700.000 euros, y una parcela en Barcelona de 56.000. Según las cuentas consolidadas de 2020, estas propiedades venían garantizando deudas con BBVA y CaixaBank que en diciembre de 2020 tenían un pendiente de más de 3,5 millones.
El inmovilizado material con el que pretende quedarse Hiperion, entre terrenos, construcciones e instalaciones técnicas sobrepasa los 20 millones de euros.
Incumplimiento de pactos salariales
Según adelantó Canarias7, además de pretender hacerse con JSP sin cargas, el fondo capitaneado por el ex presidente del Oviedo, el abogado Celso González, asegura en su oferta de adquisición que no asumirá el pacto firmado entre la empresa y los trabajadores en enero.
Aquel establecía que quienes fueran al ERE recibirían 25 días por año trabajado por 16 meses y no los 20 días por 12 meses, el máximo al que tendrían derecho en el Fondo de Garantía Salarial (Fogasa).
De esta forma, solo los 146 empleados que quedan en plantilla quedarían protegidos por el acuerdo, ya que sí asumiría la deuda con ellos contraída.
El comité de empresa de Las Palmas ha calificado esta propuesta como una “traición” a los compañeros que se han ido y no ha apoyado la oferta de Hiperion, como sí lo han hecho los representantes de Celgán y el comité de Tenerife, recién elegido tras la partida de Ángel Yanes.
“Firmar eso es una traición a todos los compañeros que se fueron”, afirma el ex presidente, aunque sí considera que la situación de Celgan “era distinta” porque “no les debían prácticamente nada”.
Del ejercicio de 2019 al de 2020 JSP dobló su deuda a los trabajadores, pasando de 497.203 a 1.021.596 euros.
A la espera del Mercantil
Confía Yanes en que el Juzgado de lo Mercantil de la capital grancanaria no acepte esta oferta de adquisición. Si así fuese, augura movilizaciones. “Ya me han llamado muchos compañeros para movilizarnos”, pues asegura que “no hubiéramos firmado sabiendo esto. Se benefician a costa de engañar y de mentir”.
Finaliza su argumento señalando una vez más a la familia, a la que hace responsable de la mala gestión en los últimos años y a la que acusa de estar detrás de todo. “Si el administrador liquida, ellos se quedan sin nada, no tienen el control. Esta es la manera en la que ellos pueden quedarse con algo”.