Las juntas generales extraordinarias de socios de Dinosol Supermercados y AJA Inversiones aprobaron el pasado 2 de septiembre la escisión parcial de la primera, que transferirá parte de su patrimonio a la segunda, manteniéndose ambas operativas.
La decisión fue adoptada con el 99,99% de los votos a favor en el caso de Dinosol y por unanimidad en AJA Inversiones. Ninguna sorpresa, dado que ambas están participadas, en su práctica totalidad, por el mismo núcleo empresarial.
Esta operación permite que AJA Inversiones, la sociedad a través de la cual los hermanos José Abraham y Andrés Domínguez recuperaron en 2012 la marca de supermercados vendida casi dos décadas atrás, adquiera por sucesión universal los derechos y obligaciones del patrimonio escindido de Dinosol.
Dinosol no reducirá su capital
Este movimiento, que implica a su vez una reorganización patrimonial dentro del mismo grupo fiscal, también conlleva una ampliación de capital por parte de AJA Inversiones para emitir nuevas participaciones que serán entregadas a los socios minoritarios de Dinosol, permitiéndoles mantener una participación proporcional en la sociedad beneficiaria.
A pesar de la transferencia de patrimonio, Dinosol no reducirá su capital, ya que cuenta con reservas más que suficientes (80 millones de capital social) para absorber el valor del patrimonio escindido, una medida que permitirá a la compañía llevar a cabo la división sin afectar sus fondos propios.
Aunque la sociedad beneficiaria participa en más del 90% de Dinosol, no se ha previsto la opción de compra para los socios minoritarios. Estos pasarán a ser accionistas de AJA en las mismas condiciones que mantenían en Dinosol, garantizando su participación en la nueva estructura.
El eterno retorno
En la más influyente de todas sus obras el Federico más universal -Lorca y Fellini sin duda estarían de acuerdo- planteó un pensamiento revolucionario: el eterno retorno.
Nietzsche, quien nació tal día como hoy hace 180 años, concibió el concepto como una prueba de vida. Si uno puede abrazar la idea de que esta se repetirá exactamente de la misma manera, una y otra vez, habrá encontrado un significado profundo y auténtico en su existencia.
Los hermanos Domínguez Santana, junto a Puga, bien podrían representar lo que el filósofo alemán elucubraba en Así habló Zaratustra.
Los hermanos fundaron tres supermercados Hiperdino a partir del negocio familiar regentado por sus padres en los años 70 del siglo pasado, antes de vender una participación mayoritaria, en 1996, al fondo de inversión Vista Capital participado por el Banco Santander. Hiperdino fue rebautizado como Superdiplo manteniendo a Puga (fichado por los Domínguez pocos años antes para impulsar el C.C. Las Arenas) como director general.
A lo largo de 15 años, la cadena cambió de manos en varias ocasiones, pasando a ser propiedad de la holandesa Ahold y, posteriormente, del fondo de inversión Permira. Desde inicios de siglo Puga no era parte de la dirección; ya se había enrolado en nuevos proyectos con los Domínguez, quienes apostaron en aquel impasse por el sector hotelero e incluso por el futbolístico -junto a Germán Suárez. Eustasio López y Ángel Luis Tadeo quisieron reflotar a la antaño menguante UD Las Palmas (Miguel Ángel Ramírez, su actual presidente, fue consejero del grupo desde 2013 a 2019)-.
Nació en aquellos años (2004) AJA Inversiones -acrónimo de Abraham padre, Jose y Andrés- que en la actualidad cuenta con unos fondos propios de más de 12 millones de euros.
Vuelta a casa
La situación dio un giro en 2011 cuando Hiperdino reveló una deuda de 400 millones de euros, lo que llevó a la empresa a caer en manos de un grupo de 24 bancos.
En un esfuerzo por recuperar la empresa, los hermanos Domínguez junto a Puga (que había vuelto a Dinosol en 2008 como presidente en sustitución de Luis Gil), hicieron una oferta de 55 millones de euros en 2012 a través de AJA, que fue finalmente aceptada tras duras negociaciones, incluso con la intervención del entonces presidente del Gobierno de Canarias Paulino Rivero.
Después de años de negociaciones, el acuerdo se concretó y, tras saldar la deuda, condonada tras la operación, Hiperdino (desde entonces Dinosol) volvió a manos de quienes la crearon. Soltaron el lastre peninsular que venía acompañado de la marca Supersol (que era de Diplo, pero esa historia da para un artículo aparte) y se centraron en el mercado isleño.
A día de hoy, Hiperdino es la cadena de supermercados más grande de Canarias, con más de 240 establecimientos distribuidos por todo el Archipiélago y más de 8.000 empleados. Sus formatos incluyen supermercados de proximidad, supermercados de tamaño medio y grandes superficies.
Nada indicaba en 2012 que la apuesta fuera a salir bien. Hoy podría decirse que, entonces, los que fueron vistos bailando fueron considerados locos por aquellos que no podían oír la música. Ahora que todos la escuchan, AJA e Hiperdino separan sus caminos yendo de la mano.