El restaurante y bar musical Shack Attack, de Las Palmas de Gran Canaria, se ha atragantado en un concurso de acreedores de carácter terminal.
El juez Guillermo Fernández García, titular del Juzgado Mercantil número 3 de Las Palmas, decretó la insolvencia y la liquidación de la sociedad.
La medida implica el cese del administrador Unai Segurado Martínez, quien abrió el negocio en 2014. Estaba ubicado en Las Palmas, en calle Torres número 13, en la confluencia con Cano.
La taberna funcionó sin problemas hasta 2019, con unos ingresos anuales que rondaban los 400.000 euros. La irrupción de la pandemia hundió la facturación, pero los resultados se mantuvieron en cifras positivas.
La racha se truncó en un ejercicio 2022 nefasto. Las ventas de Shack Attack cayeron de 282.000 a 186.000 euros y encajó unas pérdidas de 236.000 euros. El pub experimentó una situación contable poco frecuente, la de que los números rojos rebasen la cifra de facturación.
Calamidad
Asimismo, de un plumazo se evaporaron todas las reservas que había acumulado durante ocho años y los fondos propios se colocaron en un saldo negativo de casi 150.000 euros.
Ante semejante panorama, el propietario solo tenía dos salidas, la inyección de fondos frescos para recomponer la situación patrimonial, o la declaración de fallido, que ha sido finalmente la salida escogida.