Castañazo hotelero en la isla de Tenerife. La sociedad Elegance Puerto de la Cruz, gestora del Elegance Miramar, acaba sus días en un concurso de acreedores terminal. El balance confeccionado por la compañía es elocuente. El activo está contabilizado en la suma de cero euros, mientras que las deudas se elevan a más de 700.000 euros.
El expediente entró en el Juzgado Mercantil número 1 de Santa Cruz, que ya lo ha decretado, pero no nombra administrador concursal.
Los juzgados se abstienen de designarlo en este tipo de lances sin ningún bien al que echar mano. Los acreedores representativos del 5% del pasivo pueden solicitarlo, mediante informe razonado y documentado, si advierten la existencia de indicios suficientes de que se hayan podido cometer actos perjudiciales para la masa activa.
Clausura intempestiva
El alojamiento portuense contaba con una categoría de tres estrellas y capacidad para albergar a 300 huéspedes. Abrió sus puertas hace medio siglo y las cerró de forma abrupta en las Navidades de 2020. Dejó en la estacada al medio centenar de empleados que trabajaban en las instalaciones. Los juzgados de lo Social han tramitado desde entonces una veintena de demandas.
El Elegance Miramar languideció durante la pasada década. En tal periodo, los resultados arrojaron unas pérdidas agregadas de 2 millones. Todos los ejercicios se saldaron con fondos propios negativos.
El capital pertenece por entero a la compañía mallorquina Elegance Hotels Spain. Además de propietaria, esta entidad balear se encargaba de la gestión.