La compañía Suministros y Aplicaciones Canarias, conocida en el mercado del ladrillo y la hormigonera como Sacan, ha entrado en un proceso judicial de concurso de acreedores voluntario. El magistrado Guillermo Fernández García, titular del Juzgado Mercantil número 2 de Las Palmas, admitió a trámite el expediente, declaró la insolvencia y dictó la apertura de la fase de liquidación de la empresa. Esto último tiene como secuela el cese de la administradora única Consuelo Gómez Molina, fundadora del negocio. Así pues, Sacan queda tocada y hundida, doce años después de su constitución.
La entidad es una constructora especialista en la instalación de productos para la impermeabilización de hormigón armado y otras estructuras. Para ello empleaba fibra de carbono y sellantes.
Antes de su triste final, Sacan empleaba a 25 trabajadores en Gran Canaria y manejaba unos volúmenes de ingresos del orden de los dos millones de euros anuales.
Quebrantos
El historial de impagos de Sacan es muy extenso. Según los informes bancarios consultados por Atlántico Hoy destacan los descubiertos acumulados con la administración local, los más antiguos de los cuales se remontan a 2018. Desde entonces, ha sufrido nada menos que 40 ejecuciones judiciales por impagos y varias condenas de los juzgados de lo social.
La escasa formalidad de la empresa no impidió que la consejería de Economía del Gobierno canario le otorgase en 2022 una subvención de 400.000 euros. Además, el año anterior, Sacan suscribió créditos bancarios avalados por el ICO estatal, por importe de 130.000 euros, que ahora devienen incobrables.
La sede social de Suministros y Aplicaciones Canarias-Sacan radica en calle Los Pérez número 13, del municipio de Santa Brígida.