Un nuevo negocio abandonará en los próximos meses la céntrica calle de La Rosa, en Santa Cruz de Tenerife. Sin embargo, esta decisión no es consecuencia, para nada, de las obras que arrancaron en verano en la vía capitalina, como sí hicieron otros locales, sino a la burocracia.
En este sentido, es la emblemática tienda de calzado infantil Milepiedi quien dejará en el primer trimestre de 2024 la ubicación que han mantenía abierta en los últimos 22 años, según confirmaron a Atlántico Hoy Mariola y Víctor, el matrimonio que marcó su local como un indispensable para los padres y madres.
Abandonar el ser autónomos
“Estamos hartos de la burocracia”, declara Mariola, antes de afirmar que en cuanto cierren tienen seguro que no quieren ser más tiempo autónomos. “En este país ser autónomo es imposible”, se queja amargamente.
Contextualiza este sentimiento entre la cuota mensual y las trabas que sienten que les ponen de forma constante. La última, la gota que colmó el vaso, relacionado con los carteles que anunciaban el traslado del negocio.
Multa por no pedir permiso
Así, desarrollan que la decisión de cerrar el negocio definitivamente, y por lo que han entrado en liquidación, ha sido por la visita dell inspector del Gobienro de Canarias que les ha reclamado que hayan puesto en el escaparate los habituales se traslada cuando los propietarios de los comercios deciden buscar nueva ubicación.
“Para poner los carteles con esta información de traslado o liquidación nos dice que ahora hay que pedir permisos y que, si no, multa de 6.000 euros”, expresa resignada y confirmando que ahí decidieron cambiar el ‘se traslada’ por en liquidación.
Un segundo local
Y es que esta gota sobre el vaso de la paciencia lleno continuó a lo que previamente les había solicitado dicho inspector. “Que para tener los carteles de se traslada debíamos tener ya un segundo local alquilado”, indica, confirmando que se negaba a tener que estar pagando el alquiler dos locales. “Nos queríamos mover más hacia el centro y abrir otro local, pero con esto hemos decidido cerrar del todo”, afirma rotunda Mariola ante las afirmaciones de Víctor a su lado.
“Puedes poner cartel de rebajas u otras cosas que quieras, pero si pones por traslado debes tener otro local ya en alquiler, si no, es competencia desleal”, explica incrédula lo que le trasladó el inspector.
Cambio social
Por otro lado, cree que la sociedad ha cambiado mucho desde que abrieron. “Antes la prioridad era la familia de uno. Comías en casa y el dinero lo gastabas en tus hijos. Ahora, Santa Cruz está lleno de restaurantes por todos lados, y se llenan. Ahora se gasta para uno mismo y menos en su entorno”, valora recordando que antes, solo en el centro de Santa Cruz había hasta nueve zapaterías infantiles. “Hoy somos tres”, aclara.
Asimismo, Víctor desarrolla que ninguna de las tiendas vende tanto producto diferente como ellos y lo explica con los calzados infantiles para asistir a clase. “Pagamos 30.000 euros por adelantado para traerlo. A ver quién lo hace a partir del año que viene, porque los padres y madres pueden tener un problema”.
Además, el copropietario de Milepiedi, que llegó a Tenerife desde Alemania hace 30 años, recuerda que entonces, cuando la calle Bethencourt Alonso (popularmente San José) era solo de tiendas, le dijo a Mariola que la calle acabará estando llena de restaurantes. Hoy, casi es la realidad.