La patronal empresarial CEOE-Tenerife recurrirá la sentencia emitida la pasada semana por el Juzgado de Primera Instancia Número 1 de Santa Cruz de Tenerife.
Dicha resolución declaraba nulos los acuerdos adoptados por su junta directiva en febrero de 2022, que llevaron al nombramiento de Eduardo Bezares como secretario general durante el proceso electoral en el que salió elegido presidente Pedro Alfonso, quien ocupaba previamente el puesto de Bezares y a la postre candidato único al no conseguir Victoria González Cuenca los avales necesarios.
Según ha podido conocer Atlántico Hoy, a través de fuentes de toda solvencia, los servicios jurídicos de la sociedad presidida por Alfonso preparan ya el escrito que se presentará próximamente, sin prisas, en sede judicial.
Dilatar el proceso
“(CEOE-Tenerife) Maneja bien los tiempos”, aseguran fuentes de la carrera consultadas por este diario, que recuerdan que han pasado dos años desde la presentación de la denuncia y resta un periodo equivalente hasta la convocatoria de las nuevas elecciones.
Sabedoras del funcionamiento y los plazos que se manejan en la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife, adelantan que el dictamen sobre la venidera apelación no llegará antes de los ocho meses, “muy probablemente alrededor de un año, si no más”.
Es de suponer que entonces, de ratificarse la resolución inicial del juzgado, vendrá un nuevo recurso por parte de CEOE ante el Tribunal Supremo, que maneja unos tiempos similares -rara vez inferiores, por lo general superiores- para pronunciarse.
“Antes habrá nuevas elecciones” en la patronal de que haya una sentencia en firme, coinciden los entrevistados. Unos comicios que se convocan cada cuatro años- tocaba a finales de 2022- pero que fueron adelantados. José Carlos Francisco fue nombrado, en junio de aquel año, presidente del Consejo Económico y Social de Canarias, sustituyendo a José Cristóbal García.
Cosas de casa
Algunos de los que vivieron aquel momento recuerdan que se intentó arreglar la situación de puertas para adentro para que no trascendiese al ámbito judicial pero no fue posible.
“Intentamos llegar a un entendimiento hasta el último momento”, cuenta uno de los actores implicados en aquella negociación. “Como dicen: las cosas de casa se quedan en casa, pero al final no hubo manera”.
La falta de acuerdo llevó a los denunciantes a solicitar medidas cautelares a la jueza para paralizar el proceso. Para entonces no se aceptó dicha providencia, era demasiado tarde.
¿He sido yo?
Con todo, siempre en voz bajita como buen axioma chicharrero, en la patronal se confía en la desestimación del caso una vez llegue a la Audiencia Provincial y así no llegar al Supremo.
Entre los motivos argüidos se encuentra el que no haya habido imposición de costas a CEOE-Tenerife, lo que en términos procesales significa que la jueza considera que hay dudas de hecho y de derecho en torno a los sucesos acontecidos. Hay otros.
El sobrevenido silencio de los denunciantes (restantes) tras la sentencia -Ashotel, AKA Jorge Marichal, y Victoria González Cuenca, candidata opositora a Pedro Alfonso- rememora la icónica frase de aquella serie del mediodía protagonizada por Steve Urkel.