La economía canaria está sustentada por las microempresas, síntoma de una región volcada en el sector servicios, víctima de la baja productividad que acompaña a este tipo de sociedades. Un escenario extrapolable al del resto del país, que muestra unos niveles muy similares a los del Archipiélago.
Según los últimos datos presentados por el portal Informa D&B en su Análisis de las Sociedades por Tamaño, el 82% de las sociedades constituidas en Canarias son microempresas, lo que la sitúa en la media española. En cifras totales, 18.000 de las casi 22.000 que hay en las islas.
Unas empresas que generan casi 6.900 millones de euros para la comunidad pero que están sujetas a una doble inestabilidad, local e internacional, que hace que casi el 40% de las que se crean en la provincia de Santa Cruz de Tenerife no lleguen a los dos años de supervivencia.
Mayoría de autónomos
Uno de los factores que caracteriza a las microempresas, en particular en España y en Canarias, es la baja productividad que lleva asociada, como sucede con el sector que más altas aporta a este tipo de sociedades, las provenientes del sector servicios (hasta el 89% en la provincia de Santa Cruz de Tenerife).
En el Archipiélago son en su mayoría autónomos que emprenden la gran mayoría de las veces por no poder acceder de otra manera al mercado laboral, ya que hasta el 70% confiesa estar en situación de desempleo a la hora de decidirse a ser su propio jefe.
Según datos de la Cámara de Comercio de Santa Cruz de Tenerife, más del 90% de quienes acuden a la Ventanilla Única Empresarial para crear su empresa se dan de alta como empresario individual. Unos autónomos que además suelen ser los mayores damnificados ante las fluctuaciones internacionales que afectan a la economía como todas las vicisitudes acontecidas en los últimos años.
Baja productividad
Ello deriva en una red de empresas en la que el esquema mayoritario es el de un trabajador único, muchas veces desmotivado y en búsqueda paralela constante de un trabajo para dejar una opción que nunca fue la que quiso tomar. Lo cual lleva a la baja productividad, uno de los mantras de los últimos tiempos.
Según datos del INE, si bien las horas totales trabajadas en el primer trimestre de 2023 subieron el 3,4% en comparación con el mismo periodo de 2019, la media de horas trabajadas por cada empleado ha bajado un punto, de las 34,6 a 33,6 horas, en el mismo periodo.
El Banco Central Europeo ha anunciado que se trata de una tendencia que está afectando a toda la Unión, pero el promedio de horas trabajadas por semana en la Unión Europea fue de 40,5 por empleado (con datos de 2021), lo que genera un déficit de horas de un 17% que no permitirá mejorar las cifras del paro pero no para aumentar en el PIB.
La inevitable desaparición
Estos elementos hacen que muchas empresas mueran a pocos meses de ver la luz. De hecho Canarias, a pesar de liderar las altas de autónomos, es la comunidad con menor esperanza de vida empresarial.
Cinco años es el horizonte al que todas las nuevas microempresas deben aspirar, ya que más del 25% de los proyectos se terminan antes de alcanzar ese tope. A nivel nacional, en 2022 se batieron récords con el cierre de 26.207 sociedades, un 10% más que el año anterior.
En la provincia occidental, de las 510 empresas analizadas por la entidad cameral en los primeros meses del año 2023, 298 mantenían su alta después de dos años de creadas, solo el 58%. De esa cifra el 9% ha creado algún puesto de trabajo en este periodo.
La necesidad de las grandes
Por ello es tan necesario contar con una base arraigada de grandes empresas en Canarias, que ofrecen mejores sueldos y generan una mayor productividad. El Archipiélago también demuestra ser muy atractivo para ellas, con 1.120 sociedades que representan el 5% del total. Solo Madrid, País Vasco, Navarra y Ceuta tienen un mejor porcentaje.
Ese 5% factura al año 17.000 millones de euros, casi la mitad de lo facturado por el 95% restante (incluyendo a las medianas y pequeñas).
Entre los grandes nombres de las islas encontramos a multinacionales turísticas (Lopesan), otras que han hecho fortuna con los supermercados (Dinosol) o en el sector del transporte, ya sea por mar (Naviera Armas), tierra (Domingo Alonso) o aire (Binter).