Todos los barcos de todas las líneas de Naviera Armas navegan desde este mes de diciembre, por orden de la empresa, a menor velocidad para ahorrar en carburante. Hasta ahora y desde que la inflación aumentó el precio del combustible, como ya adelantó este medio, los buques afectados eran sólo los fast ferries.
Atlántico Hoy ha podido saber, a través de fuentes dentro de la naviera, que la orden ya es generalizada. Una reducción de la velocidad produce un aumento proporcional en el tiempo de los trayectos, originándose retrasos ya que la empresa no ha actualizado sus horarios al nuevo ritmo.
La ruta con la Península, la más afectada
Pasaba con los barcos "rápidos", por ejemplo en la ruta entre las dos capitales, que Armas publicita como una línea de 100 minutos de duración y hace meses que no cumple con el tiempo prometido, sino que se retrasa desde unos pocos minutos hasta diez.
El retraso en rutas cortas puede parecer nimio, pero cuando se trata de las largas se traduce en un tiempo considerable, teniendo su máxima expresión en las líneas que navegan a la Península. Ese trayecto dura casi dos días, por lo que la reducción de velocidad se plasma en casi cuatro horas de retraso sobre lo que la naviera programa al vender sus billetes.
Hora de llegada, las 19:00
Roberto es un viajero que se subió el pasado jueves en el barco que conecta Santa Cruz de Tenerife con Huelva, después de haber ido esa misma mañana desde Las Palmas de Gran Canaria hasta Tenerife en otro fast ferry de la compañía. La salida, según explica a Atlántico Hoy, estaba programada para las 11:00 y así ocurrió: el barco salió puntual. Sin embargo, tanto en la web como en el propio billete se indicaba que la llegada a la capital onuvense sería a las 19:00 horas del día siguiente tras un viaje de 32 horas.
En torno a las 18:00, cuando supuestamente quedaba una hora para llegar, el viajero preguntó a la tripulación si llegarían en hora y esta le respondió que por un "reajuste de horarios" el barco iba a llegar sobre las 22:30 de la noche. Es decir, tres horas y media más tarde de lo anunciado en el momento de la compra, a lo que habría que sumar el proceso de atraque y desembarque.
Descuadre de horarios
Roberto narra que, dado que su billete decía que tenía que llegar a las 19:00, él había previsto viajar a Madrid por carretera (ciudad que tenía como destino final) esa misma tarde pero, debido a este retraso, tuvo que hacer noche a medio camino, costeando el hotel de su propio bolsillo. Circunstancia por la que, asegura, reclamará a la naviera.
Además, este viajero da cuenta de que, a pesar de la nueva hora de llegada no comunicada a los viajeros, Naviera Armas no dio servicio de cena la tarde del viernes, en tanto que no estaba previsto porque el horario del billete indicaba que la llegada se produciría a las 19:00, y a pesar de que la tripulación sabía que la llegada se iba a retrasar hasta más allá de las 22:30.