"Lo único que puedo decirte es que ese barco nunca ha tenido un incidente desde que entró en servicio y de eso hace 16 años. Multiplica 16 años por 330 días, descontada la varada [[obligatoria]". Son las únicas declaraciones que el gabinete de comunicación de Naviera Armas ofreció hace seis días a Atlántico Hoy al ser preguntado por la inspección laboral que determinó que en 2022 la naviera cometió infracciones graves en materia de horas extra y descansos entre jornadas en el buque Volcán de Tamadaba, barco en el que murió un operario de la empresa el pasado 3 de octubre, aplastado por una plancha.
En el marco del accidente laboral que le costó la vida a un empleado, del que se sabe que era residente en Algeciras y estaba en Canarias destinado por cuestiones operativas de la empresa, Naviera Armas quiso alejar el foco de las acusaciones sindicales de exceso de horas y falta de descanso como posible causa de la tragedia. Para ello, la naviera mintió en sus declaraciones a este medio, puesto que es radicalmente falso que el Volcán de Tamabada no hubiese tenido, hasta ahora, ningún incidente.
Dos heridos de gravedad
Dos marineros con graves politraumatismos pueden demostrarlo. El 17 de junio de 2012, en medio de un ejercicio de abandono del buque por parte de la tripulación, un bote salvavidas cayó al vacío desde más de ocho metros de altura, estrellándose contra el agua y mandando al hospital a dos tripulantes que estaban en la pequeña embarcación probando el mecanismo de descenso.
Según un informe de la Comisión Permanente de Investigación de Accidentes e Incidentes Marítimos (CIAIM) de 2013, el 17 de junio de 2012, el buque Volcán de Tamadaba se hallaba atracado por su costado de babor en la dársen de Anaga del puerto de Santa Cruz de Tenerife.
Maniobras de abandono del barco
Aprovechando que el buque iba a permanecer todo el día en el puerto, se procedió a realizar un ejercicio de abandono el buque. A las 11:00, se activó la alarma general del buque y se llamó a la tripulación por megafonía para realizar el ejercicio.
Sobre las 11:30, previa explicación teórica del ejercicio, dos marineros embarcaron en un bote salvavidas, desconectaron el cable de alimentación de las baterías de arranque del motor fuera de borda, soltaron la soga de seguridad que aseguraba el bote al barco, ocuparon sus respectivos puestos y anclaron el mosquetón de sus respectivos arneses a la argolla de seguridad del gancho del que estaba suspendido el bote de rescate.
Por su parte, el segundo oficial de cubierta accionó el mecanismo que dejaba al bote en posición fuera de borda, situado en la vertical de descenso, tras lo cual indicó a los dos marineros embarcados que continuaran su arrado hasta el agua por acción de la gravedad.
El accidente
Cuando uno de los marineros tiró de la empuñadura de descenso que hay en el interior del bote, este descendió dos metros normalmente y luego comenzó a caer "de forma intermitente rápida y brusca". El segundo oficial de cubierta, al observar la maniobra, gritó al marinero que soltara la empuñadura y este manifestó que así lo hizo, pero el bote, "que se hallaba a unos ocho metros de altura" sobre el nivel del mar, continuó descendiendo de forma "incontrolada y a gran velocidad hasta que impactó la superficie del agua".
El anclaje de los arneses de seguridad de los marineros evitó que esto salieran despedidos, según el informe. Tras el suceso, volvió a subir el bote hasta la cubierta. Una vez que se estabilizó, sus ocupantes fueron auxiliados por el resto de tripulantes del buque.
El informe constata que, a consecuencia del impacto, los dos marineros sufrieron "numerosas contusiones de diversa consideración y uno de ellos tuvo que ser trasladado en ambulancia hasta un centro hospitalario, en el que quedó ingresado durante varios días". Ambos tripulantes fueron desenrolados por baja médica tras el accidente.