Alsa, que acaba de comprar el Grupo 1844 en Canarias, ha dejado tirados a varios clientes que habían adquirido su billete con anticipación, justificando que no quedaba espacio en el vehículo.
“Después de comprar un billete en la web, aquella mañana llegó a la parada el autobús en el que debería haberme subido”. Rosa María Fernández hizo el amago de subir el primer escalón, sin embargo, un gritó la frenó. El conductor de Alsa le comunicó con exagerados aspavientos que no podía subir al autocar, pues ya estaban completos.
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