Alicia Martinón: la niña que quería ser hotelera

La administradora única del Grupo Invercan Grumasa lidera en Canarias la división local de una de las principales empresas turísticas del país, una compañía que creció por el impulso de su padre, Enrique Martinón

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Alicia Martinón por Farruqo.
Alicia Martinón por Farruqo.

Un día, en una jornada familiar, Enrique Martinón Armas llevó a sus dos hijos mayores —Alicia y Enrique— hasta Mogán. Donde los niños sólo veían mar, el padre imaginaba y proyectaba un recinto turístico con pequeñas villas llenas de habitaciones, un muelle, piscina, zonas de ocio, etcétera. Hoy, aquella lámina de agua es el Hotel Puerto Mogán, el primer complejo turístico que levantó el Grupo Invercan Grumasa, una compañía que se alimentó del entusiasmo del patriarca —ingeniero industrial de profesión— para convertirse en una de las grandes marcas de Canarias: una multinacional que ha diversificado su unidad de negocio. Además de contar con una amplia oferta alojativa en España, Cuba, República Dominicana, México, Aruba y Cabo Verde, también está presente en otros sectores con sus divisiones inmobiliarias, industriales, de alimentación, energía, parques de atracciones o puertos deportivos.

El instinto de Enrique Martinón Armas para los negocios no se quedó anclado en Mogán. En los años 80 comprendió que el crecimiento de su empresa pasaba por ir más allá de Canarias. Apuntó hacia el Caribe y junto a Gabriel Escarrer —propietario de la cadena Meliá— se plantó en 1987 en Cuba cuando nadie —más allá del régimen castrista— había sido capaz de explorar las posibilidades turísticas de la isla. Entre los dos empresarios españoles y el gobierno de La Habana crearon Cubacan, una sociedad mixta que de inmediato levantó cuatro hoteles: Sol Palmeras, Meliá Varadero, Meliá Las Américas y Meliá Habana. No lo sabían entonces, pero esa operación salvó a muchos cubanos.  

Salvavidas en el Periodo Especial

Aquellos eran tiempos raros: el bloqueo de Estados Unidos sobre el país latinoamericano —con Ronald Reagan en la Casa Blanca— era inflexible y la URSS empezaba a desmoronarse al ritmo impuesto por Mijail Gorbachov y la Perestroika. El Muro de Berlín cayó dos años después y con su derrumbe desapareció el Telón de Acero y Cuba pasó las de Caín durante el Periodo Especial. En medio de ese escenario de necesidad, sin artículos básicos en las estanterías de los supermercados, Cubacan se convirtió en un salvavidas porque dio trabajo y formó profesionalmente a mucha gente. En La Habana, si usted entabla conversación con un taxista y menta a Martinón, algunos situarán al empresario canario —que contó con la presencia como testigo del mismísimo Fidel en su segunda boda— en el mismo santoral laico donde habitan héroes de la Revolución como el Ché o Camilo Cienfuegos. Haga la prueba.

 Alicia Martinón, CEO del Grupo Grumasa Martinón, y Manuel Afonso, director territorial de CaixaBank en Canarias / CAIXABANK
Alicia Martinón, CEO del Grupo Grumasa Martinón, y Manuel Afonso, director territorial de CaixaBank en Canarias / CAIXABANK

De la apasionante vida de Enrique Martinón Armas —que falleció en Madrid en septiembre de 2022—fue testigo su hija Alicia Martinón, administradora única del Grupo Invercan Grumasa y que jamás se planteó otra aventura profesional que formar parte de la empresa familiar. “Siempre me ha gustado estar en la compañía”, admite cada vez que se le cuestiona por su presencia en una sociedad de marcado carácter familiar, pero que ha ganado brillo con piezas ajenas al clan para profesionalizarse. Ella forma parte, junto a sus hermanos Enrique —coordina todo el negocio en el Caribe—, Pepa y Mónica —desde Madrid se encargan de la sección jurídica y fiscal del grupo—, del relevo generacional que lidera una sociedad que da empleo a cerca de 4.000 personas.

Dentro de esa estructura, Alicia Martinón ejerce como directora del negocio en Canarias. Bajo su radar funcionan nueve establecimientos, todos bajo la marca Livvo, repartidos entre Gran Canaria, Fuerteventura y Lanzarote: Puerto de Mogán —hotel y apartamentos—, Volcán Lanzarote, Koala Garden —hotel y apartamentos—, Lumm, Fataga, Corralejo Beach y Morromar. De su padre, entre las muchas enseñanzas que asimiló, siempre destaca dos: la capacidad de observar y rodearse de profesionales.

Primera mujer en el Círculo

Una anécdota retrata a la perfección ambas doctrinas: durante los primeros años de la empresa, el patriarca estuvo acompañado por personas de su misma generación. Para preparar el relevo, aconsejó a su hija a captar ejecutivos de su edad. ¿La razón? Verían el mundo bajo el mismo prisma. Ese mismo día, Alicia salió por la noche de cena y se encontró con un amigo del que tenía muy buenas referencias laborales. Lo citó para una entrevista de trabajo con su padre. ¿El resultado? Acumula más de dos décadas en el Grupo Invercan Grumasa.

En un entorno masculino, Alicia Martinón ha roto techos de cristal. Sin hacer mucho ruido, pero con contundencia. Además de ejercer como CEO de una de las grandes compañías turísticas del país, en 2017 se convirtió en la primera mujer integrante del Círculo de Empresarios de Gran Canaria —un colectivo por entonces con 25 años de existencia—. Madre de una adolescente y casada con un piloto de aviación —su hermano está unido matrimonialmente con una hermana de su marido—, licenciada en Derecho por la Universidad de Salamanca, entre su círculo más cercano valoran su humildad —varias personas recuerdan la larga vida que le dio a un Volkswagen Golf—, su cercanía, su firmeza en el trabajo, entusiasmo por viajar para conocer mundo y su capacidad para aunar voluntades dentro de una familia que siempre ha valorado la discreción —y en la que ella siempre quiso ser hotelera, como su padre—.