El equilibrio necesario

La receta es conocida: un grupo de canteranos salido de la cadena de filiales, los mejores fichajes de temporadas anteriores, ya identificados con el club con el paso de los años... y el imprescindible salto de calidad que deben aportar las nuevas adquisiciones –llegadas desde el inicio del curso o en el mercado de invierno– en aquellos puestos mal cubiertos o en las zonas de máximo desequilibrio.

Ya se ha dicho que la receta es conocida, pero también es tan fácil de enunciar como difícil de ejecutar. Sin embargo, el Tenerife 16-17 ha conseguido alcanzar el equilibrio necesario con la mezcla de canteranos, veteranos traídos otros cursos –algunos por el propio Alfonso Serrano, actual secretario técnico– y nuevos fichajes. Cada grupo ha tenido una aportación decisiva en el éxito del equipo.

Canteranos, veteranos y nuevos fichajes se han repartido el protagonismo casi a partes iguales. De hecho, los once canteranos que ha utilizado el Tenerife 16-17 acumulan 15.223 minutos y seis de ellos superan los mil minutos de juego. Entre los veteranos, los cinco superan esa cifra para totalizar 11.767 minutos, mientras que sólo cuatro nuevos fichajes llegan a la barrera mil para sumar entre todos 11.572 minutos.

Al analizar los onces iniciales, también se ve la importante aportación de cada grupo. Así, los canteranos exhiben 170 presencias en las alineaciones de Martí, con cinco jugadores por encima de las veinte titularidades en las 39 jornadas celebradas: Dani, Vitolo, Suso, Jorge y Alberto. Los veteranos, con 133 titularidades, también colocan a Cámara, Aitor Sanz, Germán, Carlos Ruiz y Lozano por encima de la cota veinte.

Finalmente, los nuevos fichajes suman 126 presencias en los equipos iniciales, con Amath, Camille y Aarón por encima de las veinte titularidades. O lo que es lo mismo: el Tenerife 16-17 tiene 13 titulares. Y ahí no está Shibasaki, que se perfila como fijo en el once en la recta final del curso, amén de otros dos fichajes del mercado de invierno, Tyronne y Rachid, que podrían ser básicos en unos posibles playoffs.