Las grandes fortunas que mueven el mundo dejan por estas fechas de navegar el Mar Egeo y la costa francoitaliana, se toman un respiro para darle cariño a sus embarcaciones y siguen rumbo al Caribe, que es donde comienza la nueva temporada para disfrutar de sus megayates de lujo.
Tres de esos barcos suntuosos hacen escala estos días en el Puerto de Las Palmas, donde, además, arranca este fin de semana la Atlantic Rally for Cruisers, regata que cumple su 39 edición y en la que participan 240 cruceros, con la misión de cruzar el Atlántico en sus dos salidas programadas: una este domingo y otra el próximo día 24.
Espectáculo en la bahía
Es, por tanto, el fin de semana perfecto para acercarse al Muelle Deportivo y ver zarpar a los veleros, así como a los muelles Santa Catalina y Sanapú para contemplar el majestuoso trío de superyates a motor, pues pocas veces coinciden tres embarcaciones de esta categoría en la capital grancanaria con la popular ARC, un segmento y un tráfico marítimo exclusivo de las clases altas que espera captar Rodritol con su futuro centro para atender grandes yates.
El más espectacular de los tres es el Olivia O, un yate de magalujo que está diseñado para viajes de exploración, incluso por el Ártico. De ahí su espectacular proa invertida, que recuerda a los buques especializados en la industria off shore.
El lujo como religión
La exclusividad es la principal divisa de este buque, que costó 200 millones de dólares, se construyó en 2018 y pertenece al multimillonario Eyal Ofer, considerado el israelí más rico del mundo, con negocios en el sector inmobiliario, energético y marítimo, entre otros.
Ofer, que es habitual de la lista Forbes, es propietario de Ofer Global, Global Holdings y Zodiac Maritime, esta última el brazo naviero del grupo, con el que compra y fleta los barcos.
Viejo conocido
Detrás del Olivia está atracado el Kobo, otro yate de gran lujo, aunque con varias escalas a sus espaldas en La Luz, como acreditan una primera escala en 2012 y los casi tres meses que ha pasado ahora en Astican para completar su puesta a punto. Fue encargado por Mansour Ojjeh, el mayor accionista de la corporación TAG hasta su fallecimiento en 2021, además de propietario del 30 % del equipo McLaren de Fórmula Uno.
Se dejó ver por primera vez en el Gran Premio de Mónaco de 2006, recibiendo después varios galardones a mejor yate del año. En la actualidad pertenece al magnate inmobiliario Samuel Tak Lee, afincado en Hong Kong.
El gurú de los datos
Más modesto es el Harle, del gurú de las criptomonedas Michael Saylor, propietario también MicroStrategy, una empresa especializada en la gestión de datos y la inteligencia artificial. Tiene 45 metros de eslora, se construyó en 2007 y está valorado en 35 millones de dólares.
Según los medios especializados, fue remodelado a fondo para pasar la inspección de los 15 años, destacando por el cuidado diseño y la sofisticación de sus interiores, con una importante colección de obras de arte digitales a bordo.