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Economía

Titsa espera hace un año la legalización de dos puntos de recarga de guaguas

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Raquel Martínez, directora gerente de Titsa.

La directora gerente de Transportes Interurbanos de Tenerife (Titsa), Raquel Martínez, ha afirmado, durante su intervención en el Ciclo Movilidad, Transporte y Descarbonización que organiza la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Tenerife, que la empresa pública lleva más de un año esperando a que “legalicen dos puntos de recarga para guaguas eléctricas en Santa Cruz” con los que alimentar cuatro vehículos de baja capacidad que realizan la ruta de Las Teresitas.

La gerente de Titsa quiso poner así de relieve las dificultades con que la sociedad afronta la transición ecológica, puesto que tiene que asumir “nuevos trabajos que no son propios, donde no tenemos ni personal cualificado ni recursos”, como licitaciones para “estudios energéticos, de suelo, de adaptabilidad y de inventario”, con los plazos propios de la administración pública.

Para Martínez, el sector está liderando la descarbonización de la economía en muchos países, pero “hace falta una transición viable con una planificación realista y dotada de los recursos necesarios”, porque “no podemos pasar de tener 600 vehículos diésel a, de repente, querer tener 600 vehículos eléctricos de alta capacidad”, afirmó.

Opciones tecnológicas

Desde antes de la pandemia, Titsa está haciendo pruebas con distintas opciones como guaguas híbridas, con motor térmico y eléctrico, y exclusivamente eléctricas, una tecnología desarrollada fundamentalmente para entornos urbanos.

Debido a la orografía de Tenerife, con unas pendientes muy pronunciadas, el vehículo urbano solo representa el 18% de la flota. Sin embargo, con las nuevas pruebas de este tipo de guagua, “que tiene una energía embargada de 400 kilovatios y una potencia de 250, hemos comprobado que ahora sí sube esas pendientes, con aire acondicionado y llena de gente, cosa que antes no ocurría”, aseguró.

No obstante, para unas 300 guaguas eléctricas Titsa necesitará 20 megavatios y en el intercambiador de la capital solo “hay 1,4 megavatios, con opción a 4”. Para evitar grandes inversiones por el incremento de la demanda que supone la electrificación, la empresa pública baraja aliarse con otras empresas, como Metropolitano de Tenerife, para evitar inversiones importantes y compartir el coste de distribución.

Hidrógeno como combustible

En el caso de los vehículos de hidrógeno, se encuentran muchas ventajas pero el coste se dispara, “desde 230.000 euros que cuesta una guagua estándar diésel hasta los 650.000 que puede costar una de hidrógeno”. Aun así, próximamente llegará a la isla un modelo de este tipo “para probarlo”, con el objetivo de que “cuando llegue la hora de la verdad, sepamos qué queremos y cómo funcionan, porque la casuística de Tenerife es muy compleja y complicada”, insistió Martínez.

Descarbonización total

Martínez se mostró clara al reclamar la necesidad de inversiones en infraestructuras y la apuesta de las administraciones, porque nos encontramos ante un contexto que reclama un tratamiento en conjunto y medidas urgentes que se apliquen de forma coordinada”.

La realidad insular provoca, según explicó, que tengamos estaciones, paradas preferentes o talleres en cada uno los municipios atractores de clientes, lo que deriva en que “cuando tenemos que hacer cualquier legalización, tenemos que hacerlo tantas veces como ubicaciones tenemos en la Isla”.

En cuanto a la evolución de la flota hacia la descarbonización total, Martínez dijo que “depende de la maduración del sector en los siguientes años y, sobre todo, del contexto local”. En los motores térmicos ya se ha reducido la emisión de partículas en un 98% y la reducción de los óxidos de nitrógeno es del 94%. Más del 54% de la flota de Titsa está en estos niveles. “El gran salto se va a producir con la licitación en curso de 105 vehículos híbridos, que consumirán entre un 20 o un 30% menos de combustible y, por lo tanto, las emisiones serán mucho menores”, aseguró.