El turismo no para de generar titulares. Un día tras otro llena cabeceras y abre informativos. Son muchos quienes han defendido que Canarias está en un momento de reflexión sobre el modelo que gestiona la llegada –cada vez mayor– de visitantes. Todo apunta a que el Archipiélago, como mínimo, necesita detenerse con el objetivo de definir su rumbo de cara al futuro. Algunas voces piden desde hace tiempo que un paso sea el de cobrar para acceder a espacios naturales de las Islas. El Cabildo de Tenerife abrió el melón esta semana y parece que a principios de 2025 la tasa podría ser una realidad.
El Pleno en la Corporación Insular de este viernes, sesión en la que se aprobó, estuvo movido. Así es el juego político, una lenta partida de ajedrez en la que a veces tardan en llegar los puntos de unión. Más allá de los discursos ideológicos, hay algo evidente: el Parque Nacional del Teide será uno de los parajes en los que sea necesario sacar la cartera –excepto, en principio, los residentes– para disfrutar de él –es el más visitado de toda España con 4,2 millones de personas al año–. Tenerife tiene todavía por delante varios meses para prepararse y, lo que es más importante, puede fijarse en otros destinos como referencia que ya aplican una medida similar.
Venecia
Un ejemplo es Venecia. La ciudad italiana informó hace unos días que cobrará cinco euros a los turistas que quieran perderse por la historia que esconde su casco antiguo. El Ayuntamiento lo ha decidido con mano firme para combatir el turismo de masas que crece sin parar en un mundo cada vez más globalizado y conectado. Lo hará hasta el próximo 5 de mayo, a partir de ahí solo se pagará los fines de semana con julio como la fecha límite que se han marcado. Quizás sea una experiencia piloto para después valorar los resultados.
Son pioneros y sacan pecho de poder decirlo. Cuenta el periódico El País que este jueves, el primer día que se aplicó el impuesto, el Consistorio recaudó 78.000 euros. Eso sí, no se redujo el número de transeuntes. En el sistema informático a través de un QR se inscribieron 113.000 personas, aunque 97.000 estaban exentos de pagar por diversas razones: habían reservado una estancia de más de un día o eran invitados de residentes que estaban allí de visita.
La polémica de la plaza
La urbe situada al norte de Italia recibe cada 12 meses a unos 30 millones de turistas. Lo curioso es que ya cobra desde hace tiempo una tasa que se suma al precio del alojamiento –la conocida en Canarias como ecotasa– que oscila entre los 50 céntimos y los 2,5 euros diarios. El sistema está cambiando, pero no hay que irse tan lejos. Muchos puntos de España también se plantean ponerle precio a pisar según qué lugares.
El alcalde de Sevilla, José Luis Sanz (PP), después de recibir el bastón de mando consideró que sería buena idea poner taquillas a la entrada de la Plaza de España para cobrar entrada a los turistas. La medida ha generado un fuerte debate en la ciudad hispalense porque, aunque los residentes en toda la provincia entrarían gratis, algunos ciudadanos opinan que resta naturalidad a la hora de acceder. Qué suerte tuvieron Anakin Skywalker y Anadin cuando pasearon por sus adoquines en la segunda entrega de Star Wars, El ataque de los clones, porque pudieron ahorrarse unas pesetas.
La Feria de Abril, masificada
El regidor apuesta por ese cobro porque así, dice, se podría contratar un servicio de vigilancia y control las 24 horas, además de tareas constantes de mantenimiento. La urbe andaluza no es ajena a la llegada de visitantes que discurren por la inmensidad del Parque María Luisa, los comercios en la calle Sierpes o los bares en la Alameda de Hércules. Un tema reciente es la vuelta del antiguo modelo de Feria de Abril para evitar que se masifique.
El tema radicaba en si la festividad tenía que empezar el Sábado de Pescaíto, como es desde 2017, o si había que pasar el pistoletazo de salida al lunes –como fue siempre–. La opción ganadora en una consulta ciudadana resultó ser la segunda –aunque con un margen de votos muy pequeño, de 4.079–. De esta manera, dicen sus partidarios, se disuade a quienes van de fuera porque arrancaría en un día lectivo y laborable.
¿Y el Roque Nublo?
Volviendo al Archipiélago, Tenerife no es la única isla que se plantea cobrar por entrar a sitios naturales. El presidente del Cabildo de Gran Canaria, Antonio Morales, dejó caer la posibilidad de que se haga lo mismo para acceder al Roque Nublo. Mientras, se está desarrollando un estudio de carga que han encomendado. No hay nada decidido y emplazó a las próximas semanas para anunciarlo.
Tampoco descartó la posibilidad de implantar guaguas lanzadera desde el municipio de Tejeda como la única manera de visitar el famoso roque. En definitiva, es una medida, como todas las demás, para controlar el aforo y preservar de una manera más adecuada el medioambiente. Descartó categóricamente tomar la misma determinación en las Dunas de Maspalomas porque lo ve imposible.
Madrid y la vivienda vacacional
De otra manera, pero con intenciones casi idénticas, Madrid ha suspendido temporalmente las concesiones de licencias para pisos vacacionales. Además, tampoco estará permitido transformar locales comerciales en viviendas turísticas en el distrito centro. Para que no haya ningún problema habrá sanciones que irán desde los 30.000 euros a los 190.000 euros.
El Ayuntamiento, con José Luiz Martínez Almeida al frente, ha dado este duro golpe al sector para poner cierto control en un mercado donde el 92% de los establecimientos turísticos son de esta categoría, aunque solo 941 del total son legales. Se trata de un paso de un estilo parecido al camino que empezó a andar Canarias desde que entró el nuevo Gobierno el pasado mes de julio para regular la vivienda vacacional. Por el momento, la futura norma en las Islas se encuentra en estado de borrador.
Nueva York
El auge de la vivienda vacacional es una de las consecuencias del turismo de masas. Ese por el que cada vez más sitios se plantean cobrar tasas. En línea con Madrid y, en cierta manera, Canarias, Nueva York se ha puesto a limitar desde el pasado mes de septiembre los alquileres a corto plazo de Airbnb –la web más conocida para arrendar una casa turística–.
Consiste en lo siguiente: si el huésped se va a quedar menos de un mes, el dueño tendrá que estar viviendo allí con él. A nadie se le escapa que es una medida disuasoria para evitar que haya un gran número de pisos vacacionales. El director de política global de la plataforma, Theo Yedinsky, afirmó en declaraciones a EFE que la ciudad está mandando un mensaje claro a los millones de visitantes en potencia que ahora tendrán menos opciones para alojarse en Nueva York: “No sois bienvenidos”. Como con todo en la vida, la polémica está servida.
Países Europeos
Si alguien se está planteando hacer un viaje por varios países de Europa debe saber que muchas naciones del viejo continente también tienen tasas turísticas que se pagan por el mero hecho de visitarlas y que van incluidas, por norma general, en el precio del hotel. Bélgica, el país donde está la capital política europea, es una de ellas con un precio que puede alcanzar los 7,5 euros. Ya entra en la valoración personal de cada uno si merece la pena pagarlo para, a cambio, disfrutar de ciudades emblemáticas como Brujas o Bélgica.
En la cuna de la democracia, Grecia, el Ministerio de Turismo la tiene en función de la cantidad de estrellas que tenga el hotel, la media está en cuatro euros por noche. En Alemania la tienen las urbes de Frankfurt, Hamburgo o Berlín y se traduce en el 5% del coste del hotel. En Francia es variable según la zona, pero puede llegar a los cuatro euros por persona.
Barcelona
En el caso de Austria, donde se puede conocer Viena, el sobrecoste del alojamiento es del 3,02%. En la temporada alta de Croacia, en Zagreb (la capital) puede ser de 1,33 euros la noche. Bulgaria también tiene ‘ecotasa’ y es de un precio tope de 1,5 euros al día en las pernoctaciones.
Todo esto sin olvidar que Roma o Amsterdam cobran entre 4,35 y siete euros a los cruceristas que no pernoctan. De vuelta en España, Barcelona cobra un euro en los establecimientos de menos de cuatro y estrellas. En los que tienen más se paga hasta 3,50 euros. En definitiva, Canarias cuenta con muchos ejemplos a los que mirar en medio de un debate sobre hacia dónde va el turismo en el Archipiélago.