Pocos constructores lo sabían hasta ahora: el Gobierno de Canarias tiene un Servicio de Laboratorios especializado en investigar con materiales de construcción 100% canarios para testear su calidad y composición fisico-química para encontrar soluciones tanto a los requerimientos legales de construcción como al coste de transportar materiales desde el territorio continental.
Aunque este servicio existe desde hace muchos años, la Consejería de Obras Públicas a la que están adscritos los laboratorios ha considerado en esta legislatura que el potencial que tienen es enorme y es necesario desempolvarlo para dar a conocer sus investigaciones entre todos los agentes involucrados en el proceso de la construcción para darle una vuelta de tuerca al sector.
Reciclar residuos y usar materiales propios
Este miércoles, en el Hotel Iberostar Gran Mencey de Santa Cruz, el jefe del Servicio de Laboratorios y Calidad de la Construcción ha presentado a los constructores canarios los avances de sus investigaciones, que hasta ahora sólo se usaban para el control de calidad y la exploración de materiales en obras ejecutadas por la consejería, pero pueden y deben democratizarse a todo el sector.
Extraer áridos para producir materiales de los más 400 kilos de residuos que cada ciudadano produce anualmente en Canarias es posible, y reduciría enormemente la dependencia de que estos lleguen de la Península.
Desajuste con la normativa española
El jefe del Servicio de Laboratorios, Francisco Javier Jubera, ha detallado la propuesta: el sector de la construcción en Canarias está completamente condicionado por unos factores físicos que no encajan bien con la normativa española y europea sobre materiales de construcción. Principalmente, el clima subtropical seco de las Islas y su origen volcánico.
Tanto es así que Jubera cree que no se debería llamar "sector canario de la construcción", sino "sector volcánico", porque sólo en la Macaronesia (Canarias, Azores, Madeira y Cabo Verde) se dan una composición del territorio y unos materiales así, condicionando todo lo demás a la hora de edificar, asfaltar o desarrollar cualquier infraestructura. Todo sumado a la fragmentación del territorio y la lejanía, que lo hacen completamente dependiente con las normativas actuales.
Materiales y climatología
Como ejemplos, Jubera ha explicado que los laboratorios han tenido que pelear para que se incluyese, a comienzos de los años 2000, el bloque de picón dentro del catálogo de elementos constructivos. El picón es un árido formado por gotas de magma proyectadas al aire durante las erupciones volcánicas. Está por todas partes en las islas, pero en la normativa española sobre materiales de construcción no existía entonces porque no se había estudiado. Los laboratorios canarios lo hicieron, evitando al sector tener que importar toneladas de ladrillos para levantar edificios.
Otro caso fue el reconocimiento del clima de costa canario como elemento a tener en cuenta para las construcciones. Hasta que eso ocurrió, se aplicaba en Canarias la normativa para el clima costero de Cádiz (Andalucía) por ser el más similar, pero exigía aspectos -por ejemplo en materia de aislamiento- que no eran necesarios en las Islas e incrementaban los costes.
Investigaciones actuales
A raíz de aquellos ejemplos, los laboratorios del Gobierno de Canarias intensificaron sus investigaciones sobre materiales con una visión prestacional: usar lo que ya hay para conseguir las mismas prestaciones que lo estipulado en la normativa, sin encorsetarse en el uso de materiales ajenos.
De entre los principales proyectos en los que trabaja ahora el Servicio de Laboratorios, destacan el uso de caucho de neumáticos usados para asfaltar carreteras menos sensibles a la degradación por las inclemencias temporales, el uso del picón para el hormigón y un proyecto junto con Azores, Madeira y Cabo Verde para estabilizar taludes y evitar desprendimientos.
Neumáticos y análisis de taludes para construir carreteras
El primero de ellos es el que más maduro está y va a pasar a una fase de prueba en Fuerteventura, aunque se espera que en un futuro todas las carreteras de Canarias estén asfaltadas incorporando derivados de caucho de los neumáticos. Los valores de rodadura de las vías canarias son muy altos debido a que se usa mucha fonolita, una roca volcánica que se degrada más rápido si no se enriquece con caucho.
Sobre el proyecto de estabilización de taludes, Jubera ha destacado que la composición del territorio macaronésico hace impredecible con las herramientas continentales el cálculo de posibles desprendimientos, pues muy frecuentemente se encuentran bolsas de picón entre la roca dura. Construir carreteras junto a taludes en las islas del Atlántico es mucho más peligroso, por esta razón, que en lugares con otras composiciones y, por eso, el Archipiélago está liderando una investigación para dar con tecnologías de análisis de materiales más fiables para los estándares macaronésicos.
Una mesa de colaboración
Estas son algunas pinceladas de lo que los laboratorios del Gobierno de Canarias están haciendo. La cuestión de fondo es que existe una oportunidad enorme de innovación y reducción de costes para todo el sector si se involucran el resto de agentes. Por eso el Servicio de Laboratorios ha desarrollado el programa AROVOL (Áridos Reciclados de Origen Volcánico) y quiere presentárselo a los empresarios del sector.
La idea es crear un catálogo de materiales para la construcción derivados de áridos volcánicos y después desarrollar una certificación de calidad, de cara a que sea legal utilizarlos en las obras en canarias. El viceconsejero de Infraestructuras del Gobierno canario, Francis González, ha anunciado que esta mesa de colaboración está prevista para comienzos de año en Gran Canaria.