El mercado inmobiliario en Canarias vive un momento alcista en los precios de la vivienda pese al contexto desfavorable derivado del aumento del coste de la energía, los transportes y las materias primas, agravado por el estallido de la guerra en Ucrania.
Después de un año de subidas, el precio ponderado de la vivienda nueva en las Islas es este mes de junio de 1.689 euros el metro cuadrado, el 5,4% más que el año pasado. Aun así, según el INE, se están registrando subidas interanuales de hasta un 30% en las transacciones de vivienda nueva en Canarias. En el caso de la vivienda usada se encuentra cerca del 25%.
En este aumento tiene especial importancia el peso específico del mercado extranjero, y en particular el alemán, en la demanda de ladrillo. De hecho, Canarias se ha encaramado al top 3 de los destinos preferidos por los teutones para la compra de una segunda residencia, solo por detrás de Baleares y la Comunidad Valenciana, impulsando en gran medida el sector en los núcleos más turísticos de las Islas.
Según afirman a Atlántico Hoy desde la multinacional Savills, dedicada a la consultoría y análisis inmobiliario, desde la pandemia los alemanes han intensificado su búsqueda de propiedades hacia España, hasta un 23% del total, y de esa cifra el 9% centra su mirada en Canarias, según Thomas Zabel, director de productos residenciales de la asesoría en Alemania.
Tenerife, isla favorita
Por islas, Tenerife con un 52% es la más solicitada por los compradores alemanes. Una isla cuyo parque inmobiliario solo ha podido incrementarse este año en unas 500 viviendas por la dificultad de construir en zonas de alta demanda.
Tras ella, se encuentran Gran Canaria (22%) y Fuerteventura (9%), y, en menor escala, Lanzarote y La Palma. Debido al alto poder adquisitivo de aquellos que buscan viviendas, son los residenciales de lujo los más beneficiados por el interés inmobiliario de los alemanes. Si hablamos de gran lujo, solo el 1% de las búsquedas de propiedades en Tenerife desde Alemania sobrepasan los 2.000.000€ .
Es el caso de las residencias Abama Luxury, uno de los principales beneficiados durante 2021. Según explica Francesc Pujol, director de Real Estate de Abama para Arum Group, “desde el primer trimestre observamos que Alemania es el primer país comprador de nuestras propiedades en venta, desplazando por primera vez a Reino Unido y a Bélgica”.
La tendencia alcista se mantendrá
Según explican desde Savills, en la búsqueda de viviendas en Canarias “más del 60% de los alemanes interesados se centran en presupuestos de hasta 500.000€. El siguiente escalafón de búsquedas es de hasta 1.500.000€”.
Unos presupuestos solo posibles “para profesionales o emprendedores desde mediados de los 30 hasta los 60 años con poder adquisitivo alto e ingresos disponibles que les permiten comprar segundas viviendas o propiedades para inversión, en muchos casos sin necesidad de financiación”.
Aseguran desde la asesoría que la actual tendencia alcista seguirá subiendo, “considerando la situación de crisis en Europa que está desplazando los intereses de los compradores alemanes cada vez más hacia el oeste”.
Perfil del comprador
Explican desde la multinacional que los alemanes interesados en comprar “están motivados por el estilo de vida”, con posibilidad de teletrabajar, por lo que “optan por comprar propiedades donde pasar una importante cantidad de meses al año”.
Pese a ello, “los inversores siguen siendo un número importante de compradores, muchos de ellos motivados por proteger sus fondos de la creciente inflación o incluso por planificar su vejez, entrando en el mercado como inversores para más adelante en su vida mudarse a esa propiedad o zona”.
En este contexto es importante señalar que un factor que influye en este creciente interés por Canarias es el anuncio de los bancos alemanes de su incapacidad para ofrecer intereses por los ahorros de sus ciudadanos, “e incluso penalizan con un 0,5% de interés los depósitos que superan los 50.000 euros”.
La pandemia consiguió incrementar el capital de muchos alemanes, debido a la interrupción de su nivel de consumo durante el periodo de restricciones, “ahorro que las entidades financieras no han podido asimilar”.