Sebastián Grisaleña recuerda que "cuando salimos de aquellos puertos francos" se marcó el comienzo de un nuevo marco fiscal que, inicialmente, ofrecía importantes ventajas para la región. Sin embargo, añade, a lo largo del tiempo ha quedado claro que el REF no ha alcanzado todo su potencial.
Uno de los principales problemas señalados por Grisaleña es que "el REF no llega a todos los canarios". Este diagnóstico se basa en la observación de que los beneficios fiscales del REF están dirigidos principalmente a empresas y sectores específicos, dejando fuera a gran parte de la población. Además, critica que "el REF tiene que ser un instrumento que llegue a todos los canarios y no le llega a todos los canarios", indicando una falla en la distribución equitativa de sus beneficios.
Para maximizar el impacto del REF, Grisaleña propone una revisión completa del sistema: "Hay que darle la vuelta como a un calcetín porque el REF que teníamos que fue útil en la llegada, con el paso de los años, con los cambios tecnológicos y la velocidad que vamos, no está siendo el instrumento necesario". Este llamamiento a la renovación implica adaptar el REF a las nuevas realidades económicas y tecnológicas, destaca, asegurando que beneficie a toda la población canaria y no solo a sectores específicos.
La diversificación económica
La economía canaria ha dependido históricamente del turismo. Grisaleña advierte que "gracias al turismo estamos comiendo", señalando que este sector representa un 40% del Producto Interior Bruto (PIB) y un 38% de los puestos de trabajo en Canarias. Sin embargo, también expresa preocupación por la falta de diversificación económica: "Estoy oyendo hablar de la diversificación de la economía canaria hace 30 años y no hemos diversificado".
Tanto la Zona Franca de Gran Canaria como el REF ofrecen oportunidades para diversificar la economía canaria. Grisaleña destaca que "la Zona Franca puede ser una herramienta no solo generadora de empleo, sino de economía". Al aprovechar la Zona Franca, Canarias puede atraer inversiones y desarrollar nuevas industrias, reduciendo su dependencia del turismo y creando empleos de calidad en otros sectores, como asegura.
Perspectivas futuras
Sebastián Grisaleña asegura que, para que Canarias pueda aprovechar plenamente las oportunidades económicas que ofrecen la Zona Franca y el REF, es crucial contar con un liderazgo político comprometido y eficaz. Grisaleña critica la falta de "vocación política" entre los representantes canarios y subraya la necesidad de que "los representantes canarios en Madrid defiendan los intereses de Canarias y no los intereses del partido". El empresario lamenta que a “muchos políticos no les interesa decir lo que es el REF para los canarios y para las canarias”.
Grisaleña propone una reducción del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) para mejorar la situación económica de los canarios. "Si el canario tiene una reducción del IRPF del 50%, tendríamos más dinero para gastar, lo que incrementaría el consumo y la recaudación del IGIC", tal y como pasa en Ceuta y Melilla. Esta propuesta busca estimular el gasto y, por lo tanto, la economía, porque los canarios, señala, pagamos más que nadie.
Barreras burocráticas
Grisaleña también critica la inseguridad jurídica y fiscal que enfrentan las empresas canarias. "Hay muchísima duda a la hora de una inspección sobre el REF; la empresa canaria necesita una seguridad absoluta". La falta de claridad en las normativas fiscales crea incertidumbre y dificulta la planificación a largo plazo para los empresarios.
Uno de los mayores desafíos para los empresarios en Canarias es la burocracia. El reconocido empresario también menciona que "no puedes pedir una licencia y tardar 5, 10, 15 años en obtenerla". Esta lentitud en los procesos administrativos desincentiva la inversión y frena el crecimiento económico. Es crucial agilizar estos procesos para fomentar un entorno empresarial más dinámico y atractivo, asegura.