El exdirector de la Agencia Tributaria y expresidente de la SEPI, Ignacio Ruiz-Jarabo, ha asegurado a Atlántico Hoy que “la poca valentía” de los sucesivos gobiernos para apostar por la Zona Especial Canaria (ZEC) “ha desactivado el potencial de Canarias”.
En el marco de una entrevista para presentar su libro Impuestos o libertad (Gaveta Ediciones), Ruiz-Jarabo considera que las restricciones y limitaciones a las que se ha visto sometida la ZEC han lastrado su capacidad para ser un “instrumento dinamizador de la economía canaria” y “está impidiendo que Canarias obtenga las ventajas para su desarrollo económico que podía haber tenido”.
En ese sentido, el alto funcionario español cree que en un principio el Archipiélago "cuenta en sí misma con una ventaja comparativa, que a su vez puede convertirse en un problema que es la insularidad. La típica situación en la que, según actúe, una circunstancia pasa a ser positiva o negativa”, y por ello critica las decisiones que, en su opinión, “no han ido a la línea correcta”.
La ZEC
La ZEC es una zona de baja tributación que se crea en el marco del Régimen Económico y Fiscal (REF) de Canarias con la finalidad de promover el desarrollo económico y social del Archipiélago y diversificar su estructura productiva. Está regulada por la Ley 19/94 y fue autorizada por la Comisión Europea (CE) en enero de 2000, época en la que Ruiz-Jarabo era director de la Agencia Tributaria.
Recuerda de los años precedentes, cuando se dio forma jurídica a la ZEC, que en aquel entonces "se abandonaron absolutamente proyectos como el tema bursátil en materia financiera”, algo que el economista considera una gran error y que “va en contra de lo que se buscaba al principio con la ZEC, era que fuera un gran foco de atracción”.
Preguntado sobre la omisión del sector bursátil y financiero de la ZEC Ruiz-Jarabo apunta que no fue un requerimiento europeo si no una decisión del Parlamento español “a partir de una proposición de la minoría catalana, como entonces se llamaba al grupo parlamentario que representaba a los nacionalistas catalanes”.
“Es verdad que la Unión Europea puso unos límites, pero en absoluto impidió que se desarrollará el tema bursátil, que era una aspiración inicial de Canarias. Se tenía que haber desarrollado con esas limitaciones que la Unión Europea imponía, pero en cambio, aceptando la iniciativa de la minoría catalana, se abortó cualquier posibilidad en la línea comentada”, asegura.
En cualquier caso, cree que Canarias está lastrada por los errores propios que "se han cometido por un sistema tributario estatal que es cada vez más exigente, y que está dificultando la llegada de capital para aumentar la actividad mercantil en las islas”.
Política tributaria equivocada
Cree Ruiz-Jarabo que todo parte de "una política tributaria equivocada que lastra las posibilidades de desarrollo de una región” y que “en una pretendida defensa de avances sociales se ha apostado por más administración y menos libertad”, lo que hace que la economía canaria “marche en sentido contrario".
Según su planteamiento, cuando un gobierno autonómico o nacional baja impuestos se obliga a sí mismo a actuar con más responsabilidad en el gasto público para no descuadrar las cuentas. “Eso supone un mayor nivel de responsabilidad y de respeto a los contribuyentes, porque la eficiencia en el uso de los recursos públicos es la asignatura pendiente”. Por ello opina que, en la medida en que se reduzca el gasto público por actuar con más eficiencia, “se conseguirá más libertad, más renta disponible y más impulso a la actividad empresarial
Lo positivo a su entender es que nada es irreversible porque lo fundamental se debe a decisiones políticas, “y por tanto Canarias tiene una posibilidad si vuelve a apostar por aprovechar su insularidad y los instrumentos de los que dispone como la ZEC, que, repito, está siendo la gran olvidada”.
'Impuestos o libertad'
“La política tributaria es política en estado puro. Decidir cuánto quita el Estado a los individuos y decidir cómo se redistribuye es política con mayúsculas”. La frase es de Josep Borrell, en el momento en el que ostentaba el cargo de secretario de Estado de Hacienda, entonces jefe del entrevistado.
Por ello Ruiz-Jarabo reivindica la pertinencia de su libro Impuestos o libertad, ya que intenta reflejar la realidad fiscal actual de la sociedad española, que es “ciertamente alarmante” debido a la “carrera fiscal incrementalista” del Gobierno, “lo que está reduciendo la libertad de los españoles al disminuir su renta disponible y desplazando la decisión sobre los ingresos que obtiene cada español con su esfuerzo y su trabajo”.
“Yo creo necesario que la sociedad española sea consciente e intente reaccionar”, reclama. "Además de la cantidad de impuestos, estos se nos cobran de una manera en la cual hay un desequilibrio jurídico entre las potestades prerrogativas que tiene el Estado y los derechos que tienen los contribuyentes”.
Recuperar la ética pública
Tal y como lo ve entrevistado, “cuantos más impuestos haya menos libertad tenemos”, si bien no quiere decir que no debe haber ningún impuesto “porque vivimos en comunidad y hay que regularla, ordenarla y cubrir sus servicios públicos básicos”.
Si reclama una imposición de mínimos que acabe con gravámenes como el de sucesiones o el de patrimonio, “algo atávico en la historia de la fiscalidad”. Con respecto a ellos explica que “es injusto, porque supone una doble imposición al ahorro del fallecido. En la Unión Europea es un impuesto que solo existe en tres o cuatro países y ninguno tiene unos tipos tan altos como en España”.
Por ello pide, si hay un nuevo gobierno tras las Elecciones Generales, “recuperar la ética pública en la aplicación y aprobación de las normas tributarias”. Denuncia Ruiz-Jarabo que hemos sufrido una agresión injustificada al no haberse actualizado el IRPF a la inflación habida en los dos últimos años y "utilizar la inflación como impuesto, como ha hecho el gobierno, es una práctica propia de sátrapas”.
Su recomendación final para lo venidero es "reducir el gasto público, donde se ha producido un crecimiento desenfrenado, y acompañarlo con una reducción de la carga fiscal" para que los españoles puedan "disponer mejor" de sus ahorros y "disfrutar de una mayor libertad".