Loading...

Economía

El REF, un arma de doble filo: estas son las 5 distorsiones a evitar para no perder competitividad

El catedrático de la ULL Gustavo Marrero ha desgranado las principales trabas que genera a la economía canaria el mal uso de los instrumentos del fuero

4 minutos

El catedrático de Análisis Económico Gustavo Alberto Marrero Díaz ha comparecido este jueves en la comisión parlamentaria que estudia la revisión del Régimen Económico y Fiscal de Canarias. EFE/Miguel Barreto

Un instrumento con muchísimo potencial que, mal usado, puede ser un absoluto fastidio para la competitividad. Así es el Régimen Económico y Fiscal de Canarias (REF), el famoso fuero del que todos los canarios han oído hablar pero pocos entienden y saben cómo sacarle partido.

El Parlamento de Canarias está envuelto en una serie de 25 ponencias de expertos economistas para afrontar una reforma en profundidad del REF, habida cuenta de que no está arrojando los resultados que requiere la economía canaria para ser fiscalmente atractiva, competitiva y dejar de menguar respecto a la media española y europea.

Este jueves, tras la intervención del comisionado del REF, José Ramón Barrera (cuyas principales aportaciones puede leer desgranadas en este enlace), ha sido el turno del catedrático de la ULL experto en fundamentos del análisis económico y en el desarrollo regional, Gustavo Alberto Marrero.

Situación macroeconómica

Marrero ha realizado un breve análisis de la situación macroeconómica de Canarias, señalando que en los últimos 40 años se ha propiciado una bajada de la productividad acompañada por la caída del Producto Interior Bruto per cápita y los salarios, además de un incremento de la desigualdad de rentas y riquezas.

Como también ha explicado José Ramón Barrera en la intervención anterior, la caída de la productividad se ha producido por lo que se conoce como la "ley de la productividad marginal decreciente". Explicado de otra manera, durante los 70 y los 80, la productividad canaria creció rápidamente a medida que se aumentaba el capital de las Islas, pero desde los 90 se ha estancado porque el capital físico ha seguido creciendo sin que lo haga la calidad del capital humano (la formación y competencia de los trabajadores, el desarrollo de infraestructuras y servicios para la población, etc), lo cual lleva a que la productividad de la economía canaria se estanque.

Además, el crecimiento de la desigualdad ha llevado a que casi el 60% de la riqueza en Canarias se concentre en manos del 10% de la población y que, además, el 50% de los canarios más pobres sólo acumulen el 2% la riqueza. Partiendo de estas consideraciones, es importante señalar que, si bien esto no ha sido culpa del REF, su uso no ha sido lo suficientemente eficiente como para ayudar a mejorar la situación.

Uso tradicional del REF

Entrando en faena, en lo que alude en exclusiva al REF, Marrero ha detallado que las herramientas del fuero se centran principalmente en dos bloques: el incentivo a la acumulación de capital (la Reserva de Inversiones Canaria y la Deducción de Inversiones Canaria, que han favorecido el estancamiento de la productividad) y el proteccionismo (principalmente, las bonificaciones a las ventas de bienes canarios y a las empresas navieras).

Pero, señala Marrero, el uso que se ha dado al REF ha obviado los mecanismos que podrían haber servido para recaudar y redistribuir, permitiéndose incurrir en una lista de cinco distorsiones del REF que, lejos de contribuir, restan competitividad a la economía canaria.

Distorsiones

En primer lugar, Marrero habla de una distorsión de los factores productivos porque la RIC y la DIC sólo incentivan la acumulación de capital que acaba producinedo la ley de la productividad marginal decreciente y no fomentan la calidad del capital humano. 

Por otra parte, una segunda distorsión es la sectorial. Los instrumentos del REF se usan más en unos sectores productivos que en otros y no se ha hecho nada por evitarlo. Además, una gran parte de los recursos los utilizan empresas de sectores con capital poco productivo y no se fomenta que industrias más productivas que hacen menos usos de los mecanismos del REF se lancen a perdirlos para maximizar su eficacia.

Como tercer apunte, Marrero habla de las distorsiones temporales de la Reserva de Inversiones y la Deducción de Inversiones, que suponen una materialización de las mismas en un escenario a cuatro años vista que produce dos problemas. El primero, que cuando llega una crisis imprevista se frustran esas inversiones y las empresas tienen que devolver el dinero, quedando más desamparadas. El segundo, que muchas veces esas empresas que se acogen a la RIC o la DIC no materializan sus inversiones hasta que se les echa el tiempo encima y, con tal de no devolver el dinero, invierten en capital que no es necesario ni productivo para su negocio, suponiendo esto un despilfarro de los recursos del REF y una distorsión de sus objetivos.

Muy aparejado a este problema, la cuarta distorsión de la que habla Marrero es la del tamaño. Al tener esos plazos de materialización de inversiones, las empresas que tienden a hacer uso de la RIC suelen ser más grandes y estables, y muy pocas empresas emergentes lo hacen al no estar seguras de que vayan a tener viabilidad en el medio plazo. Esto entronca con la quinta y última de las distorsiones descritas por el catedrático, la de la dinámica empresarial. Los instrumentos del REF favorecen principalmente a empresas consolidadas que, al tener más capacidad de endeudamiento, consiguen una posición de dominancia frente a empresas emergentes que, a la vez, podrían resultar más innovadoras y productivas.

Concentrar la inversión en empresas consolidadas reproduce, en muchos casos, la dinámica de la ley de la productividad marginal decreciente. Por eso, Marrero insiste en incentivar la creación de nuevas empresas con ese "plus" de conocimiento y capital humano y evitar que las que ya existen y están obsoletas acaparen el mercado.