Alemania atraviesa un momento económico complicado. El crecimiento de su Producto Interior Bruto (PIB) al 0,4%; la guerra comercial entre la Unión Europea (UE) y China; o el encarecimiento de la energía han puesto en un brete al país germano por una incertidumbre que va aparejada del miedo a una crisis. Aún no ha ocurrido, pero la falta de certezas puede haber hecho a sus ciudadanos pensar si recortar gastos. Existe la posibilidad de que uno de los principales mercados emisores de turistas en Canarias decida tachar las vacaciones en su lista de prioridades. Aunque eso todavía es una suposición porque, por ahora, parece que todo sigue en orden.
La temporada alta de visitantes en el Archipiélago es el invierno. Entre noviembre y la Semana Santa —que puede ser en marzo o abri—, los hoteleros se hacen su agosto particular con la llegada de personas que buscan el buen tiempo para huir del frío europeo. Atlántico Hoy ha querido conocer cómo viven los empresarios del sector en las Islas la realidad en la nación dirigida por el canciller Olaf Scholz. De momento parece que impera la tranquilidad, aunque están a la expectativa de ver qué ocurrirá en los próximos meses.
Sin efecto
“A pesar de la posible recesión económica, siguen crecientes las reservas de Alemania hacia Gran Canaria —la que más depende de la llegada de visitantes del país germano—”, afirma en declaraciones a este periódico José María Mañaricua, presidente de la Federación de Empresarios de Hostelería y Turismo de la provincia de Las Palmas. “De momento no tiene efecto”, añade. Asegura que, según sus cifras, lo que se espera para los próximos meses de octubre de 2024 y abril de 2025 es un crecimiento de las reservas en la Isla —podría ser, quizás, aplicable al resto del territorio—.
El número más reciente publicado por el Gobierno regional refleja que el pasado mes de agosto arribaron a la isla capitalina 50.478 alemanes, experimentando una subida del 2,3% en relación al mismo mes del año anterior. “Sigue recuperando datos que perdió tras la pandemia y la guerra de Ucrania”, comenta Mañaricua. “Ya vemos que en el 2024 hemos crecido respecto al 2023”, agrega. Además, lanza un mensaje de optimismo: “El invierno viene muy bueno, creciente”.
"Son más disciplinados"
Juan Pablo González, gerente de Ashotel —la patronal en la provincia de Santa Cruz de Tenerife—, se expresa en un tono similar. “No tenemos constancia de que las reservas de cara al invierno se puedan ver resentidas”, apunta. Eso sí, aclara que en la parte occidental del Archipiélago el principal mercado es el británico. “Pero también tenemos un número importante de turistas alemanes a día de hoy”, sentencia. En agosto, la cantidad de germanos que decidieron ir a Tenerife fue de 49.201 frente a los 234.318 británicos.
“Es cierto que los alemanes, por ejemplo, comparándolos con los ingleses, que les ha pasado de todo los últimos años [en referencia a las consecuencias del Brexit] y ellos siguen viniendo alegremente a Canarias, cosa que es muy agradecer, los son más disciplinados y cuando su su gobierno les dice que vienen curvas se vuelven mucho más precavidos”, cuenta.
Reservas con antelación
Resalta que no les consta, al menos por la información que maneja, que esto pueda afectar al ritmo de reservas. Sobre todo, señala, porque como son muy previsores suelen reservar casi con un año de antelación. “De todas formas, estamos a punto de empezar la temporada de invierno a partir del mes de finales de octubre y es donde comenzaremos a ver el comportamiento”, apostilla.
“Los clientes alemanes son muy previsores y los contratos de turoperadores se firman a un año vista. Que la economía alemana crezca un 0,4% les parece poco, no está acostumbrado a esos niveles y sobre todo teniendo un país tan industrializado como son ellos, el corazón de la industria del automóvil en Europa”, reflexiona.
Segundo trimestre
Pone sobre la mesa que en el segundo trimestre de este año hubo en torno a 4.170 millones de euros de gasto turístico, lo que supone un 11,45% más que el año pasado en el mismo periodo. “No parece que esté afectando mucho ese aviso de ralentización de la economía alemana”, incide. “Insistimos que no se trata ya tanto de contar turistas, como de contar gasto. Si vienen menos y gastan más, pues esa ecuación también nos vale. Esto no es como una competición deportiva”, sentencia.
Mañaricua no descarta que de cara al futuro haya que estar más preocupados por la posible crisis en Alemania. Si hubiese una recesión económica grave probablemente cambiará porque el mercado alemán, junto al escandinavo, son muy sensibles a cómo va la economía. “Si eso ocurriera tendrá un efecto de paralización de reservas, pero esos datos no los tenemos”, culmina.