El Puerto de Las Palmas da un paso importante para crear una gran superficie industrial destinada a la energía eólica marina y otros servicios vinculados a las renovables y las reparaciones navales. El Grupo Zamakona ha llegado a un acuerdo con la Autoridad Portuaria para devolver los terrenos concedidos en la zona destinada al futuro concurso eólico, lo cual despeja el camino de la administración para volver a convocar la licitación.
La construcción de un gran centro de eólica marina destinado a la reparación, el mantenimiento y el ensamblaje de artefactos offshore y terrestres vinculados a las energías renovables salió a concurso en el mandato anterior de Luis Ibarra, pero quedó desierto al no prosperar la alianza entre empresas alentada por el entonces presidente, que buscaba un acuerdo a tres bandas entre Zamakona, Astican y Navantia.
Novedades
La licitación no prosperó porque las condiciones de negocio ofrecidas no fueron lo suficientemente atractivas para las compañías. De ahí que la nueva presidenta de la APLP, Beatriz Calzada, haya retomado el proyecto del concurso con dos novedades: abrir lo usos de la parcela y ampliar la superficie.
La iniciativa de Ibarra ponía a disposición de los empresarios 120.000 metros cuadrados con acceso directo a línea de atraque en la Dársena de África, pero Calzada quiere ampliar esa superficie hasta los 170.000 metros. ¿Cómo? Pues incorporando el suelo que tenía adjudicado el grupo CCB-Zamakona.
Contexto
En medio de la Dársena de África, el Consejo de Administración de la Autoridad Portuaria otorgó en 2018 a CCB-Zamakona Offshore, S.L. una concesión de dominio público para montar una terminal de reparación, transformación y mantenimiento de plataformas y/o artefactos offshore, incluido la prestación de servicios auxiliares a dicha actividad.
Se trata de una parcela de 47.287 metros cuadrados en tierra y de una lámina de agua de 40.695 metros cuadrados, con un plazo de concesión de 25 años prorrogables otros 10 años más.
Sin ejecutar
El proyecto, sin embargo, no ha llegado a ejecutarse por los problemas de agitación de aguas que sufría el muelle Nelson Mandela.
En un primer momento Zamakona logró retrasar el pago de las tasas de la parcela hasta que la administración mejorase la operatividad del muelle, pero al final del mandato de Ibarra, tras fracasar el concurso eólico, la Autoridad Portuaria comenzó a cobrarle el canon a la empresa, que ha recurrido a la vía judicial para recuperar el dinero invertido.
Al margen del pleito por las tasas, ambas partes han llegado a un acuerdo sobre el suelo, que vuelve a manos del Puerto tras la renuncia de Zamakona a construir el centro de reparación offshore.
Consejo de Administración
Ese acuerdo de desistimiento voluntario deberá ir al próximo Consejo de Administración para su ratificación y aprobación definitiva, según explican fuentes portuarias, que ya trabajan para incluirlo en el orden del día y llevarlo a la próxima reunión de este jueves.
El acuerdo, por tanto, permitirá a la Autoridad Portuaria de La Palmas retomar la tramitación del concurso eólico. La idea de Calzada, además de aumentar la superficie hasta los 170.000 metros cuadrados, es permitir otros usos de la parcela, aunque siempre vinculados a las energías renovables, pues al negocio de la eólica manera aún le queda para despegar en España y las empresas adjudicatarias necesitan rentabilizar la inversión.
Otro pleito
Desbloqueado el problema del suelo para hacer la licitación más atractiva, solo quedará volver a convocar el concurso, aunque Zamakona tiene otro pleito pendiente de sentencia que puede ser determinante para el futuro del negocio eólico.
Se trata de una demanda que está pendiente de resolución en la Sala de lo Contencioso Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC).
Vuelta al inicio
Zamakona, en ese recurso, pide que se vuelva al trámite de competencia previo a la celebración del concurso declarado desierto. Considera que la Autoridad Portuaria permitió la participación de una empresa sin objeto social para hacer reparaciones navales y, por tanto, debió de haber quedado excluida del procedimiento de competencia.
La empresa, en definitiva, pide la adjudicación directa de la parcela que luego quedó desierta, advirtiendo a la Autoridad Portuaria que se expone a indemnizaciones millonarias si saca el suelo a licitación y luego los tribunales le dan la razón a Zamakona.