Este lunes, el Boletín Oficial del Estado ha hecho público el tercer permiso de investigación de tierras raras que la empresa Tenáridos SL (Satocan) ha solicitado en Fuerteventura. Se trata de Muley, el permiso de investigación que abarca un mayor espacio de los presentados y que cubre un total de 25,07 kilómetros cuadrados. La solicitud inicia ahora su proceso de exposición pública durante 20 días.
En este periodo cualquier persona podrá presentar alegaciones a la concesión de este permiso por parte de la Dirección General de Industria del Gobierno de Canarias. En total, Tenáridos ha solicitado un terreno para la búsqueda de tierras raras que abarca 75 cuadrículas mineras. En este caso se localiza al suroeste del municipio de La Oliva.
Localización
“En la búsqueda de elementos de tierras raras en la isla de Fuerteventura, se han identificado una serie de complejos plutónicos alcalinos con carbonatitas que contienen depósitos de gran interés”, recoge el permiso presentado por la empresa, que señala que “estos complejos plutónicos son estructuras geológicas fundamentales que han contribuido a la formación y composición geológica única de la isla”.
En concreto, recoge el permiso que “desde una perspectiva litológica, se han identificado diversas litologías de gran relevancia, tales como las piroxenitas melteigitas, ijolitas, sienitas y carbonatitas”. Además matizan que estas formaciones geológicas “poseen un interés particular debido a su potencial para albergar recursos minerales valiosos o para servir como indicadores de procesos geológicos significativos”.
Las tierras raras
Justo es la presencia de este tipo de rocas la que hace pensar a la empresa que la costa oeste de Fuerteventura es una zona con altas posibilidades de encontrar tierras raras, ya que se estima que las carbonatitas albergan en su interior las tierras raras. Por ello los tres permisos solicitados se localizan al este de la isla.
En esencia, se conoce como tierras raras a una serie de 17 componentes que se usan para la manufacturación de objetos que se han vuelto esenciales en el día a día. Entre ellos, tal y como recoge el permiso, se usan en “metalurgia para aleaciones y aceros especiales, catalizadores, cerámicas, vidrios, imanes permanentes, fosforescentes, usos nucleares, metales hidrogenados, sensores oxigenados, sistemas de memoria en comunicaciones y ordenadores, entre otras”.
El rechazo
En Fuerteventura, ya los dos primeros permisos han despertado un fuerte rechazo por parte del sector político y ciudadano. Por una parte, el Cabildo de Fuerteventura ha instado a Industria a la paralización de los tres permisos, ya que rechazan la explotación de una mina de tierras raras en la isla. También otros municipios como Pájara y Puerto del Rosario, municipios afectados, han rechazado las investigaciones.
Por otra parte, la sociedad civil organizó en Ajuy el pasado 7 de abril una cadena humana a modo de protesta contra las tres investigaciones. Se estima que en la protesta participaron unas 600 personas. Además, la asociación de vecinos Puerto de la Peña-Ajuy recogió unas500 alegaciones en contra de los permisos de investigación de Pájara y Puerto del Rosario.
Tres años de investigación
Desde el área de Industria, defienden que de momento no se va a abrir ninguna mina y que lo que se ha aprobado es solo la investigación de estos recursos. Una vez se conozca si en efecto, existe el recurso mineral que busca la empresa y tiene viabilidad económica su extracción será cuando se inicie todo el proceso para la concesión de los permisos para la explotación, que incluirá la declaración de impacto ambiental.
De momento, los tres permisos tendrán una duración de tres años cada uno. Es en el segundo año donde se llevarán a cabo los sondeos para la extracción de los minerales. En el tercer año será cuando la empresa analice la viabilidad económica de todo el proceso.