El presidente de Meliá relaciona el descontento ciudadano con los pisos turísticos ilegales

Gabriel Escarrer ha advertido de la dificultad de llegar a un consenso sobre las medidas a adoptar para lograr un turismo sostenible

AtlanticoHoy / EFE

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Turistas llegando a una vivienda vacacional. / EFE - DAVID ARQUIMBAU
Turistas llegando a una vivienda vacacional. / EFE - DAVID ARQUIMBAU

El presidente y consejero delegado de Meliá Hotels International, Gabriel Escarrer, ha asegurado que "el descontrolado crecimiento de la oferta del alquiler turístico, insuficientemente regulado o ilegal, es una de las claves de la situación que se está viviendo en muchos destinos y que está derivando en desconfianza y rechazo de los ciudadanos".

En el debate actual, Escarrer ha advertido de la dificultad de llegar a un consenso sobre las medidas a adoptar para lograr un turismo sostenible, "que pueda convivir en armonía con los destinos, generando un impacto positivo en las comunidades locales, desde un punto de vista económico, social y medioambiental". Ha subrayado, en su espacio en la red social Linkedin, que el crecimiento exponencial de las plazas de alquiler turístico "es insostenible" y ha puesto como ejemplo los datos de Exceltur, según los cuales en el primer trimestre del año se han incorporado más de 60.000 las plazas a la oferta de alquiler vacacional en España.

Asegura que afecta de manera directa a la ciudadanía, "impactando de manera negativa en el uso de recursos naturales y con un impacto directo en uno de los temas los que se centra el malestar de los residentes en localidades turísticas: el acceso a la vivienda". El presidente de Meliá considera que el alquiler turístico o vacacional "debe estar planificado, ordenado y regulado, al igual que el resto de oferta alojativa".

Las reglas del juego

Escarrer cita una entrevista con EFE de la directora ejecutiva de ONU Turismo, Natalia Bayona, respecto a la necesidad de fortalecer y ajustar las “reglas del juego” y señala que la excepción no pueden ser los apartamentos turísticos, pues prestan un servicio y son negocios, al fin y al cabo.

"Debemos ir a mejor sin necesariamente ir a más", ha afirmado y pide elevar el posicionamiento de destinos y productos, con una oferta de más calidad "que atraiga, por ende, un turismo de mayor rentabilidad social y económica, más respetuoso y con un menor impacto negativo para los destinos".

En el artículo, Escarrer pone la zona de Palmanova-Magaluf, en Palma de Mallorca, como ejemplo de reconversión de destino maduro donde "el trabajo conjunto de organismo públicos y empresas privadas, mediante la mejora continua, es la clave a la hora de impulsar un turismo de calidad".