Es raro que algún día de la semana termine sin que un periódico, una emisora de radio o un canal de televisión hable de lo cara que está la cesta de la compra. Aunque resulte fatigante, no queda otra, la actualidad se ha encaprichado en situarlo como un tema principal. Pero, como es comprensible, la audiencia parece estar cada vez más cansada de un tema que le afecta de primera mano cada vez que entra a un mercado o a unas grandes superficies.
La escasez de papas que se originó en agosto al no poder importarla desde Inglaterra puso en jaque el bolsillo de los canarios con precios que llegaron a alcanzar hasta los cinco euros el kilo. Ahora, que ya se puede traer género de allí, el coste ha disminuido pero llenar la nevera aún supone dolores de cabeza para muchas personas.
"Ganas menos"
El problema es general. El alto coste que padecen los comerciantes cuando van a comprar al por mayor hace que se vean obligados a encarecer sus productos. Eso sí, no demasiado para que el cliente no se vea muy afectado. “Ganas menos porque no puedes pedir un margen más amplio”, cuenta Pepe en su negocio ubicado en el Mercado de Vegueta (Las Palmas de Gran Canaria).
No se corta en decir que “todo está caro”. Pero aclara que los vendedores no son quienes tienen la culpa porque a ellos también les han subido el precio cuando van a adquirir, por ejemplo, la fruta y la verdura. “La cesta de la compra se ha encarecido para todos”, agrega.
"No miro los precios"
Detalla que las hortalizas han subido de precio y explica que el coste de las habichuelas ha aumentado bastante. Antes pagaba por ellas alrededor de un euro y ahora ha pasado a abonar siete. Una situación que lo ha obligado a venderlas por 8,90 euros. “La vida está supercara”, concluye con resignación. Como curiosidad, también comenta que la falta de dátiles ha hecho que ahora cuesten más.
Una señora que se acercó al puesto donde trabaja Pepe no dudó en unirse a la conversación que el hombre estaba manteniendo con este periódico para exclamar: “Ya no se puede comer ni un potaje”. “Yo casi no miro los precios porque de lo contrario no como nada”, ironiza otra persona.
"No alcanza el dinero"
Para poner cifras sobre la mesa, Rafa atiende a este medio y enseña con indignación las facturas que ha tenido que pagar para adquirir los productos que tiene a la venta. En su stand se pueden ver naranjas del país a 2,19 euros –las ha comprado por 1,80–; o mandarinas por las que ha pagado 2,80 euros. “¡Hasta los tomates cherry!”, protesta. Un alimento por el que ha abonado cinco euros cuando antes le costaba tres.
“Están jugando con la comida de la gente”, opina. “Esto es pan para hoy y hambre para mañana”, sentencia. Apunta que ocurre con todo lo demás como es el caso de la carne o del pescado. Hasta allí se acercó Carmen, una clienta de Rafa desde hace tanto tiempo que ni se acuerda. “No alcanza el dinero”, dice ella con bastante frustración en su rostro.
"Ha subido todo"
Víctor, que tiene su puesto en el mismo mercado, responde sin titubeos a la pregunta de cuánto ha subido el precio de la comida. Una cifra que sitúa en el 20% de incremento. “Una persona que antes se gastaba 30 euros ahora desembolsa 39 por la misma cantidad de alimentos”. En su puesto, los aguacates están a 6,90 euros el kilo, una cifra que parece hasta barata porque en muchos sitios se llegó a ver rondando los 18.
Antonio es pensionista y pasea por el mercado con una bolsa en la mano. “De nada vale que el Gobierno suba las pensiones con estos precios porque acabas perdiendo dinero”, reclama. Teresa Luján, también una compradora, tiene claro que “ha subido todo, las papas siguen caras y los precios también”.
Sin generalizaciones
Otro hombre que pasaba por allí se queja por lo caras que están las judías verdes porque sin ellas “no hay potaje”. Varios vendedores, al ser preguntados por Atlántico Hoy sobre la misma cuestión, prefirieron no comentar nada porque creen que se puede caer en el error de pensar que el Mercado de Vegueta es el único lugar con unos precios más elevados de lo habitual.
“No se puede generalizar porque depende del producto”, comenta uno de ellos. Y no les falta razón. El contexto inflacionario afecta a muchos sectores y no es propio de un lugar concreto. Tampoco se puede ignorar el esfuerzo que hacen los comerciantes para que los clientes padezcan lo menos posible el incremento de precios.
La presidenta de la Federación de Mercados de Canarias (Femeca), Estefanía Hernández, fue clara sobre el tema este jueves en un acto al que asistió: “El precio te aseguro que es lo mejor, los mercados siempre hemos querido sostenernos. Ganábamos menos, pero nosotros siempre hemos querido que el cliente se mantenga. Que el bolsillo no se llene tanto y se vayan bajando las ganancias porque no hay otra”, sentenció.