La polilla guatemalteca no da tregua en Canarias. De hecho, se ha posicionado como la causa principal de que el Archipiélago no pueda ser exportador del producto, incluyendo la papa bonita.
Esta plaga ha dejado en islas como Tenerife pérdidas de más del 60% de su producción. Durante 2022, en las cooperativas del norte de la Isla se han llegado a recoger más de 100.000 kilos de papa afectada.
Se han tomado medidas. En estos días, el Cabildo de Tenerife aportaba 40.000 euros a Perú para la investigación de la plaga, y desde hace tiempo han planteado otros métodos como pagar por los kilos de papa bichada retirados o fomentar y subvencionar la rotación de cultivo.
Exportación de la papa
El secretario general de Asaga Canarias Asaja, Theo Hernando, recuerda que la plaga es la causa principal por la que la papa no se exporta al exterior. ''La polilla nos trae muchos problemas como perdidas de cosecha, y es la culpable de que no podamos exportar papas fuera de Canarias, incluyendo la papa bonita –papas negras—que no suelen ser tan afectadas por polilla y que están super demandas. No puede salir ni un solo material vegetal de Canarias por ello'', explica.
La intención de exportar la papa siempre ha estado presente. Ya en 2022 el entonces presidente del Cabildo de Tenerife, Pedro Martín, aseguraba tras un encuentro en Madrid para impulsar esta exportación que “una vez reconocida y demostrada la eficacia de las cámaras de CO2 para acabar con la polilla guatemalteca, sea cual sea su fase de desarrollo, queremos aprovechar el importante valor gastronómico que ofrecen las papas de Tenerife para posicionarlas en el exterior y convertirlas en un reclamo turístico de la isla”.
Acciones en Tenerife
Entre las medidas, en estos días el Cabildo de Tenerife anunció que iba a aportar como colaboración 40.000 euros al Centro Internacional de la Papa en Perú con el fin de impulsar un proyecto de investigación sobre la polilla. Hernando resalta que la institución insular lleva desde hace años implicada con este problema, como por ejemplo a través de la retirada de papas bichadas poniendo contenedores distribuidos por distintos sitios de la isla.
A pesar de ello el Cabildo no lo consideró como una acción suficiente ya que se continuaba teniendo una alta población de polilla, por lo que sacaron dos líneas de incentivación. La primera consistía en pagar a la gente por los kilos de papas bichada que retirasen, y la segunda fomentar y subvencionar la rotación de cultivo para cortar el ciclo vital de la plaga, ya que es la única manera de poder reducir la población de esta plaga.