El pasado martes, el Gobierno de Canarias anunciaba que las Islas contarían con diez nuevas desaladoras dentro de 14 meses con el fin de dar respuesta a una de las principales demandas del sector primario ante los problemas de la falta de agua. Pero desde las asociaciones del sector dudan que dichas desaladoras estén listas en el tiempo anunciado.
Con un valor de 13,4 millones de euros, la idea es que sean cedidas a los cabildos, y se estima para ellas una capacidad de producción de 22.600 metros cúbicos de agua diarios y de 8,24 millones anuales. El consejero de Agricultura, Ganadería, Pesca y Soberanía Alimentaria, Narvay Quintero, explicaba que la tardanza se debe a que el proceso de fabricación dura un año y dos meses aunque “se estaba haciendo en tiempo récord” porque “los sistemas hídricos no son soluciones de hoy para mañana”.
El secretario general de Asaga Canarias, Theo Hernando, explica a Atlántico Hoy que es una medida que aplauden "si se cumple el objetivo de que sea exclusivamente para agua de riego" pero que "la ven más para medio o largo plazo" y no de manera inmediata.
Falta de información
El anuncio de la llegada de las desaladoras generó dudas sobre todo con su ubicación en cada una de las islas, ya que desde la Consejería puntualizaron que dicha información la manejaban los cabildos. "Nosotros entendemos que, en el caso de Tenerife, una de ellas es la que está planteada dentro de las medidas del Decreto de Emergencia Hídrica en Tacoronte o La Laguna. De hecho pensamos que será en Mesa del Mar porque hay una preinstalación hecha, pero no se ha detallado si es así. Lo único que nos aseguran es que son exclusivamente para el agua de riego", apunta.
Si ocurre de esta manera, consideran que es una buena medida ya que "todo lo que sea aportación de agua de mar a la agricultura es bueno porque es agua de calidad y que sirve para mezclar con aguas de galerías o de pozos, por lo que se pueden aprovechar otros caudales que a lo mejor no se están aprovechando ahora". A pesar de ello Hernando insiste en la duda que les genera. "Por ejemplo, en el caso de que fuera en Mesa del Mar, evidentemente es un núcleo urbano aislado y por lo tanto lo más probable es que la desaladora también se destinará a ese núcleo urbano".
Dudas ante los 14 meses
Entendiendo el ritmo al que van este tipo de infraestructuras, desde el sector ven poco probable que en 14 meses estén instaladas diez desaladoras. "No se trata de poco tiempo, normalmente estas infraestructuras tardan muchísimo más en ponerse en funcionamiento". Hernando señala que no solo hay que tener en cuenta las máquinas, sino los pozos para la absorción de agua así como la salmuera "ya que hay que hacer instalaciones eléctricas que dependen de muchos permisos, y en municipios pequeños suelen tardar en dar una licencia de este tipo", explica.
En lo que respecta a las medidas por la Emergencia Hídrica de Tenerife, Hernando apunta que no han tenido demasiado conocimiento al respecto. Actualmente están esperando a la próxima Mesa de la Sequía, que se celebrará la próxima semana y se hará de forma mensual al menos en estos seis meses de duración del decreto. "Ahí veremos si efectivamente se están tomando medidas o no. Por suerte el tiempo ha acompañado y no estamos con unas temperaturas altísimas, así que vamos escapando", concluye.