“Yo creo que es una situación preocupante en el momento que no es controlada, negociada o fiscalizada por la parte social”. Borja Suárez, secretario general de la Federación de Servicios de Comisiones Obreras (CCOO) en Canarias, se refiere con estas palabras al uso de robots que llevan comandas a las mesas en cafeterías y restaurantes. En el Archipiélago ya hay algunos locales donde han implementado esta herramienta como ha ocurrido en el Centro Comercial Las Arenas.
Cafés de Carla es el establecimiento que ha comenzado a usar un robot al que han bautizado como Katty. La nueva y peculiar trabajadora tiene encomendada la tarea de entregar a los clientes aquello que hayan pedido, mientras las camareras que conforman la plantilla lo preparan y toman nota a los comensales. Suárez lo tiene claro: “Hablamos de un robot que quita puestos de trabajo”.
Opinión de la empresa
La tesis defendida por el sindicalista se contrapone a la expuesta por Gabriel Cirillo, el responsable de Innovación y Desarrollo de Atecresa –la empresa que vendió el aparato– en declaraciones a Atlántico Hoy esta semana. Él defiende que su objetivo no es disminuir el número de empleos, sino “implementar este tipo de tecnología para que los trabajadores tengan una máquina que los ayude en actividades tediosas como cargar y desplazarse”.
Desde UGT también discrepan y se alinean con la opinión de CCOO. Paco González, su vicesecretario general en el Archipiélago cree que “una cosa son las palabras bonitas o lo que se pretenda vender en el mercado y otra cosa la realidad que se vive”. Pone como ejemplo las cajas automáticas en los supermercados, porque “han destruido puestos de trabajo y quien diga lo contrario miente”.
El ejemplo contrario
Suárez expone un caso a la inversa. Donde la tecnología, en su opinión, sirvió como una buena herramienta para los camareros “y no quita puestos de trabajo”. Es lo que ocurrió con el Asistente Personal Digital (PDA por sus siglas en inglés), “que comanda directamente y le manda el pedido a barra o cocina”. Así, se evita la tarea del comandero tradicional que debía llevar el pedido en papel al cocinero.
“No estamos en contra de la tecnología, pero que sea un complemento a los servicios y no una sustitución de las personas”, afirma el vicesecretario general de UGT en las Islas, quien piensa que las herramientas tecnológicas “no se están usando bien, no se está siendo previsor”.
La inteligencia artificial
Aparatos como Katty, explicaba Cirillo a este periódico, funcionan con lo que se conoce como “inteligencia artificial híbrida”. “No se dedica a buscar soluciones sino obstáculos. Yo no le enseño nada, solo el trazado del mapa”, apostillaba.
Paco González asegura que no hay que ser ilusos “y pensar que cuando se implementa en un restaurante con inteligencia artificial es para eliminar puestos de trabajo y precarizar a los que están”. “Desde UGT creemos que la ciencia no está al servicio de las personas, sino las personas al servicio de la ciencia”, indica.
Digitalización responsable
Suárez destaca que “la digitalización debe llegar y está llegando, pero tiene que estar controlada”. “Los sindicatos siempre vamos a estar al lado de la digitalización, pero una digitalización responsable”, agrega. En este asunto también hay armonía entre ambos agentes sociales y González declara que hay que partir de la base de que la hostelería son personas y que un robot no va a dar el mismo servicio.
El secretario general de la Federación de Servicios de CCOO en Canarias se hace una pregunta al respecto: “¿En qué momento una persona piensa que un robot puede dar un buen servicio?”. “Nos preocupa que los empresarios cambien la profesionalidad humana de un buen camarero a un robot”, añade a su reflexión.
González culmina con que “hay una obsesión por la parte empresarial de ahorrar costes, de ahorrar reclamaciones o reivindicación de derechos”. “Esos trabajos que se destruyen son costes laborales que incrementan los beneficios de las empresas. No están revirtiendo en el desempleo, no se ha estructurado un impuesto que sustituye esa carencia de economía de esas familias que se van al paro”, sentencia.